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7.Jun.2020 / 09:54 am / Haga un comentario

Por Eduardo Piñate R.

Pareciera que al amanecer de cada día, mister Trump y sus secuaces (Bolton, Pompeo, Abrams, el Fiscal General y el Secretario del Tesoro de los EEUU -de cuyos nombres no quiero acordarme, como El Quijote al referirse a «un lugar de la Mancha»- y otros especímenes de esa élite supremacista y racista que gobierna aquel país), se levantan pensando en cuál será la maldad que impondrán ese día a Venezuela, a Cuba o a Nicaragua, cuál será la sanción, cuál será la amenaza, cuál o cuáles activos en el exterior nos robarán. Para ello, siempre cuentan con el auxilio de los gobiernos de la Unión Europea y su parlamento, del ya destartalado grupo de Lima y de los traidores de aquí, estén dentro o fuera del país.

Estados Unidos de Norteamérica tiene hoy por hoy una enorme cantidad de problemas, cuyo gobierno -fascista e irresponsable- no atiende. Cuándo escribimos este artículo tiene aproximadamente dos millones de infectados de Covid19 y cerca de 120 mil fallecidos por la misma causa; para el 3 de mayo (hace apenas 4 días) había entregado 21,48 millones de ayudas a desempleados de 42 millones solicitadas, si tomamos en cuenta a los que tienen empleos precarios o inmigrantes que no califican para esa «ayuda», podemos concluir que en medio de la pandemia se han destruido 60 millones de empleos, sólo en los EEUU. Situación similar hay en Europa, en Brasil, Chile, Colombia, Ecuador o Perú. Estados Unidos es el epicentro de la pandemia en el mundo y Brasil en Suramérica, pero ambos dedican supremos esfuerzos contra los que tenemos ostensibles éxitos en el combate a la pandemia y a los efectos de la crisis de la economía capitalista mundial.

Por eso es fundamental la unidad de nuestros pueblos, seguir fortaleciendo los espacios de encuentro políticos, económicos, sociales, sanitarios, culturales y militares de nuestros pueblos y gobiernos, como el Foro de Sao Paulo, la ALBA y todas las alianzas estratégicas que hemos desarrollado en el continente y en el mundo, cuyos frutos vemos cristalizados hoy en apoyos de energía y salud, por ejemplo.

Un nuevo mundo, de justicia y paz, multicéntrico y pluripolar, emergerá de esta crisis del nuevo Coronavirus, pero tenemos que luchar por él, construirlo con nuestra unidad, nuestras manos y conciencia. Seguimos venciendo.

Caracas, 7 de junio de 2020

 

 

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