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17.Oct.2018 / 11:54 am / Haga un comentario

Ledezma - Borges

Que pavosos son los políticos de la oposición venezolana. Parecen unas aves agoreras. Unas nubes negras. Siempre empavando y estropeando todos sus disparatados planes de golpes de Estado y desestabilización. Parafraseando a Andrés Calamaro: “todo lo que tocan lo rompen”.

No es para menos. Van para todos lados cargados de odio y sed de venganza. Esa es una energía demasiado negativa. Oscura, pestilente. El desventurado Calimero se quedó pendejo ante estos apátridas que andan quejosos por el mundo, buscando dar lástima, mendingando lo que no pueden ganar en su propio país por la vía democrática y electoral. Los políticos de la derecha histérica deberían dar el ejemplo y estar aquí bregando, echándole bolas junto a sus seguidores, intentando construir cosas positivas en beneficio del pueblo. Pero no hay que esperar milagros, porque esta gente nunca ha trabajado, no tienen oficio conocido y nunca han producido algo con sus propias manos.

El sector más apátrida de la derecha golpista está liderizado por los pavosísimos Julio Borges y Antonio Ledezma. A todos los que le dan la mano, abrazan o se toman una selfi, terminan secándose irremediablemente. Se pasman y se les precipita súbitamente la muerte política o laboral.

Todos los preparativos de Julio Borges en Washington para lograr la invasión militar se han retrasado, motivado a que media Casa Blanca, con la que ha conspirado, ya están fuera y han sido despedidos sin derecho a pataleo. Todos los generales de 60 soles, cuyas condecoraciones las ganaron con la sangre del pueblo afgano, libio, iraquí o sirio, tuvieron que recoger sus peroles y ya están bien lejos de la Oficina Oval.

Ser empleado de Trump es el trabajo de mayor riesgo y con mayor volatilidad de todo el planeta. Todos los amigos de Borges han sido destituidos súbitamente. Inexplicablemente. Molidos bajo el colérico método hormonal de gobernar del inestable inquilino de la Casa Blanca. Si no pregunten al Exconsejero de Seguridad Nacional, el Teniente General Herbert Raymond McMaster o al brevísimo Secretario de Estado Rex Tillerson. Todos están fuera, salieron calladitos por la puerta de atrás, luego de tocar las ponzoñosas garras del leviatán Borges.

Otra empavada es la pobre embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Nikki Haley. La nueva mejor amiga de Antonio Ledezma (Sí, la misma del perifoneo frente a la sede de la ONU), súbitamente presentó su dimisión, solo a días de haberle prometido a Ledezma y compañía que no descansaría hasta ver a los Marines, vestidos de Cascos Azules, “liberando” a Venezuela y nombrándolo a él presidente de la transición democrática. Que decepción para la derecha golpista, que hasta había mandado a confeccionar la banda presidencial para Ledezma. Claro, en talla M, de miserable.

Los pavosos opositores le pegaron el Mal de Ojo a esta pobre señora, que no cuenta con ninguna contra para protegerse de estas rastreras energías negativas. No tiene ni un jaboncito de Cariaquito Morado o un despojo de purificación y limpieza de las 7 Potencias.

Las fuerzas esotéricas negativas que emanan de la oposición también han causado estragos del otro lado del Océano Atlántico. La víctima más visible de la pava opositora es el mismísimo presidente del gobierno español Mariano Rajoy. Este amigo y protector personal de Ledezma, rabioso enemigo de Venezuela, fue destituido en junio de su cargo ante el peso del Caso “Gurtel”, donde quedaron al descubierto los entramados de décadas de corrupción de toda la cúpula podrida del Partido Popular; así como por la crisis política, social y económica que atravesó España bajo la terrible gestión de gobierno de este triste personaje. Rajoy se metió con Venezuela y salió por la puerta de atrás con su maletín vacío, destituido y al oscuro olvido de la historia. Ledezma se quedó huérfano sin su aliado europeo. Pero aún sigue viviendo cómodamente en España, porque ha aprendido las técnicas del chuleo, para que las burguesías parasitarias sigan financiándole sus lujos y placeres.

Faltaba mencionar la caída en desgracia y destitución de otro de los amigos íntimos de Julio Borges (selfis y abrazos por doquier). Se trata del más activo de los agresores de la Alianza del Pacífico, el expresidente del Perú, Pedro Pablo Kuczynski. Este inefable personaje, perrito faldero para más seña, tuvo que renunciar súbitamente a la presidencia, al filo de la media noche, motivado a múltiples acusaciones de corrupción y soborno. Quedó al descubierto el modus operandi utilizado comúnmente por la putrefacta burguesía empresarial para cobrar coimas a proyectos financiados por la CAF, cuando Kuczynski era ministro de Economía de Alejandro Toledo. Está fuera por corrupto.

Las malas intenciones se devuelven. Los que han cosechado odio no pueden ver prosperar sus nefastos planes de asolar con su plaga maligna a todo un digno pueblo. A los herejes que actúan de mala fe, llenos de maldad, no puede salirle nada bien en la vida.

Que Dios siga protegiendo a nuestro país y le recuerde a los pavosos opositores que todos los que se han metido con Venezuela se han secado. Mientras ellos conspiran y fracasan estrepitosamente, aquí está Nicolás Maduro, en Miraflores, flanqueado por el pueblo. Contra esta poderosa fuerza liberadora, los agentes del mal nunca podrán vencer.

Richard Canan

Sociólogo

@richardcanan

 

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