Opinión / Noticias / Stella Lugo

27.Mar.2017 / 06:59 pm / Haga un comentario

Foto: Archivo

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Es tiempo de buenas noticias.  El mes que vivimos tendrá siempre un sitial en nuestra historia bolivariana, pues este inolvidable 22 de marzo de 2017, fecha en que celebramos el Día Mundial del Agua, la Revolución Bolivariana reivindicó, desde los hechos, la lucha por la preservación del Planeta, la defensa del agua como recurso vital insustituible y la necesidad de proteger las distintas formas de vida que habitan en nuestro territorio nacional.

La creación del Parque Nacional Indígena y Popular Caura, el parque nacional más grande mundo, mandado por Decreto del Presidente de la República, Nicolás Maduro Moros, durante su participación en el Congreso de la Patria, Capítulo Ecosocialismo, en el marco del homenaje al líquido más preciado del Planeta, marca una huella imborrable entre las acciones que nuestro proceso revolucionario ha plantado.

Ahí, en la existencia ahora del Parque Nacional Indígena y Popular Caura, se vislumbra la presencia de nuestro Comandante Eterno Hugo Chávez, quien nos dejó la herramienta para proteger y defender los privilegiados reservorios de vida natural que existen en Venezuela.

Ahí está el Plan de la Patria, en su Objetivo Estratégico número Cinco, aquel que ofreció nuestro Comandante al pueblo, desde su magistratura; cuando por primera vez se le planteó al país la defensa del ambiente y de los recursos naturales como programa y compromiso de Gobierno en correspondencia con la idea de salvar al planeta.

Por eso, nuestro presidente Nicolás Maduro Moros dijo con firmeza ese día: “lo estamos creando en revolución, Revolución Bolivariana, en la memoria y el legado del Comandante Chávez”. 

Por eso mismo, hoy dedico mis líneas a este tema.  ¡Qué no lo olvide nadie! No es un decreto más, no es una inventiva de última hora para cumplir con una fecha del calendario. ¡No, aquí no somos así!

Aquí tenemos la expresión de una secuencia lógica de pensamiento que, aún en medio de las crisis, mantiene las manos sobre el timón revolucionario y la vista en el horizonte estratégico.

¿Y, qué tiene de estratégico y revolucionario la creación de este Parque Nacional?, tal vez se preguntarán quienes aún, por diferentes razones, no asimilan que la defensa del ambiente es, en esencia, una lucha de quienes asumimos la construcción de un mundo nuevo, socialista.

Para decirlo en términos concretos: con este decreto se protege una cuenca que posee como extensión más de cinco millones de hectáreas, lo que influencia de forma vital la producción de lluvias en todo el territorio nacional, pues se cobija en este prodigioso espacio casi 90 por ciento de bosque tropical húmedo.

En la misma área, existe una fenomenal diversidad de formas de vida, pues estudios serios realizados, sólo sobre un 5% de su extensión, indican que habitan allí 475 especies de aves, 168 especies de mamíferos, 120 especies de ofidios; es decir: el 51,5% de los vertebrados de la Guyana venezolana.

Y, además, por si fuera poco: es territorio ancestral de Yekuanas y Sanemas, etnias venezolanas que han  pedido por años la protección de la zona contra la minería, extracción maderera y de recursos biológicos con las que mafias trasnacionales se han lucrado de forma ilegal,  a costa de la desforestación y depredación de este reservorio verde; sólo para enriquecer a los poderosos imperios que ven a los demás pueblos del mundo como a sus víctimas naturales.

Ahora, Venezuela se ubica a la vanguardia mundial del combate contra las causas del cambio climático, pues la región del Caura está considerada como  uno de los pulmones más importantes del planeta Tierra. Vendrán nuevas acciones que implicarán la participación de toda la Patria, en sus diferentes componentes, para la defensa de este decreto y su aplicación.

“¡Qué nuestros pueblos originarios sean los guardias, custodios y la autoridad principal…!”, ordenó nuestro Presidente, como debe ser, en ese reconocimiento histórico que ha entregado la Revolución Bolivariana a nuestras etnias, desde que el Comandante Hugo Chávez llegó a la primera magistratura.

Nosotras, nosotros, desde Falcón, también estuvimos allí este 22 de marzo; allí con el planeta, con el agua, con la vida; anunciando la activación de la toma del Embalse Matícora, en el municipio Mauroa, con lo cual se facilitará el envío de agua potable a comunidades del occidente falconiano y de la península de Paraguaná.

Y, como nos gusta, con cifras concretas, puedo decir que más de 600 mil personas serán atendidas por esta obra nuestra, donde estuvimos concentrados por más de 18 meses, tiempo récord que suma a tantos otros esfuerzos nacidos desde el alma de este proceso, para el futuro posible de las generaciones que apenas se asoman.

¡Por el tiempo que nos espera: Viva nuestro Caura!

 

 

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