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3.Jun.2020 / 05:36 pm / Haga un comentario

Foto: VTV

Por Clodovaldo Hernández

Los tanqueros iraníes trajeron gasolina e insumos y también muchos valores. Aquí, cuatro de ellos:

El valor del valor: ¿Quién dijo miedo?
El capitalismo hegemónico global ejerce su dominio mediante diversas estrategias, entre ellas la del miedo. Estados Unidos, con su alianza militar, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), utiliza el poderío militar para sembrar el terror en cualquier país o región que pretenda tener autonomía y soberanía.

La maquinaria militar imperialista condiciona la política y la economía en todas las zonas del planeta, salvo en aquellos países que han crecido como potencias y en los que se empeñan en no dejarse doblegar.

El valor, entendida la palabra en su acepción de valentía, de coraje, es en estos casos un elemento fundamental. Hay que tenerlo para enfrentar a enemigos sin escrúpulos, bravucones de la peor calaña que pisotean repetidamente el derecho internacional y hasta las normas básicas de la convivencia humana.

El valor es respeto y autorrespeto. Es respeto por las generaciones pasadas, las que se sacrificaron por la libertad y el derecho a la autodeterminación de nuestros países. Es autorrespeto por lo que representa cada uno de nosotros -iraníes y venezolanos- en el contexto de este mundo sometido y avasallado por quienes se han erigido en sus amos.

La decisión de la República Islámica de Irán de enviar cinco buques cargados de gasolina a Venezuela, desafiando las amenazas del nefasto gobierno de EE.UU., es una lección de valor, una prueba de lo necesario que es vencer el miedo ante los poderosos pendencieros que dominan el orbe.

El valor (en el sentido de valentía) es un valor (en el sentido de principio, de virtudes) que merece aplausos.

Los hechos sobre la palabrería
Irán y Venezuela estuvieron sometidas a un tsunami de fanfarronerías por parte de Donald Trump, de su terrible pandilla de matones y de los medios de comunicación y redes sociales camorristas. Se aseguraba que EE,UU. impediría el paso a los buques cargados de gasolina. Pero los dos países se mantuvieron serenos y firmes. Para decirlo en una frase muy propia del presidente Nicolás Maduro, hubo nervios de acero.

Irán predica con el ejemplo. Es un país que sabe defenderse, lo ha hecho de manera muy contundente y los adversarios lo saben.

Cuando las autoridades iraníes del más alto nivel dijeron que su país respondería en forma proporcional cualquier agresión de EE.UU. a sus tanqueros, enviaron un mensaje claro, inequívoco, sustentado en episodios pasados en los que la nación persa no se cruzó de brazos ante crímenes cometidos en su contra. Y es obvio que ese mensaje fue entendido. La fuerza de los hechos se impuso a la palabrería. •

La consecuente solidaridad de gobiernos y de pueblos
El envío de combustible a Venezuela tiene lecturas clave en las relaciones internacionales entre los gobiernos y también entre los pueblos del sur oprimido del mundo.

Destaca la solidaridad, entendida como la disposición a compartir no lo que sobra, sino aquello que se tiene. Los informes especializados indican que Irán está lejos de tener cubierta su demanda interna de combustibles, razón por la cual ha debido incluso aumentar precios y establecer racionamientos.

Esto le otorga un peso adicional al gesto. Es parecido a lo que ocurre en las casas humildes cuando se reparte la comida con alguien de la familia o la vecindad que está en dificultades.

Esa solidaridad tiene un mérito enorme y adquiere la forma de gratitud, de consecuencia, pues en momentos en que Irán lo requirió, Venezuela también fue solidaria, enviando gasolina entre 2008 y 2009, en abierto desafío al bloqueo estadounidense.

Ser consecuentes con quien ha brindado ayuda en momentos difíciles es una de las más nobles expresiones de la humanidad, sea en términos individuales o familiares, o sea en el plano de las naciones.

Dignidad en respuesta al malandreo
La dignidad es uno de los valores que trajeron los tanqueros iraníes y que demostraron también los equipos militares venezolanos que les ofrecieron escolta desde la zona internacional del Caribe cercana a nuestras aguas territoriales.

Irán y Venezuela, dos países criminalizados, satanizados, vilipendiados, malandreados por una patota internacional y por su maquinaria mediática, se alzaron sobre esas campañas para alcanzar el objetivo previsto.

Muchos hubiesen preferido optar por la sumisión, por bajar la cabeza, por no retar a un imperio extremadamente cruel, manejado por fanáticos, pero ambas naciones se perfilaron por la dignidad. ¡Bravo por las dos patrias! •

VTV

 

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