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8.Dic.2019 / 03:27 pm / Haga un comentario

Foto: Con el Mazo Dando

Por: Roberto Malaver

Vicky Pérez Mugerza, miembra activa de la oposición venezolana desde el año 2002, cuando decidió unirse al paro petrolero, ahora, cuando se enteró de todo los robos de sus compañeros de militancia, está que se quiere morir de la vergüenza porque “acabo de descubrir que son unos ladrones, unos delincuentes, me han robaron el corazón pero ya lo estoy rescatando”, así dijo.

-Hasta Stalin González fue a las grandes ligas. –

Así dice Vicky Pérez Echenagucia, militante de la oposición venezolana. Su pelo se mueve con la brisa, porque estamos sentados afuera de un cafetín en el este de Caracas, y la vista es memorable. Detrás de un Mercedes Benz se puede ver un arbolito de navidad con todas las luces del mundo que se prenden y se apagan.

-La pareja de Rossana Becerra y Kevin Rojas también disfrutaron del score.

Sigue diciendo mientras saborea el café que hace un momento nos llevó a la mesa el mesonero.  Se le ve arrepentida, sin embargo, su belleza se mantiene incólume.

-Carlos Vecchio. Antonio Ledezma. Julio Borges. Diego Arria. Haciendo turismo en el exterior con todos los gastos pagos

Habla como si a su lado nadie la estuviera escuchando. Es ella que se habla a sí misma y se escucha. Vuelve a tomar café. Cruza las piernas y deja ver, con intención, que su cuerpo es uno de los mejores que se pueden ver por esa zona en este momento…

-Esos nombres que nadie conoce. José Brito. Freddy Superlano. Luis Parra. Conrado Pérez…

Sigue así, contándose a sí misma su crónica de los acontecimientos en la oposición venezolana.

-Calderón Berti ahora pretende salirse del robo. Dice que se asombró cuando se encontró con Manuel Rosales sentado en Monómeros de Venezuela. Y además, asegura que es Leopoldo López el que manda y no Guaidó.

Vuelve a tomar café. Coloca la taza en la mesa y se pasa la mano por la cabeza. Me mira. Me queda mirando y vuelve a decir.

-Me voy a volver loca. Vengo de pasar noches en la plaza Altamira., de pintar una bandera de Venezuela de negro. De ponerle siete estrellas., de cacerolear, de guarimbear, he hecho todo lo posible por salir del régimen y sin embargo no me he robado un dólar, y llegaron estos tipos y se lo llevaron todo. Todo era mentira. No había oposición. Era una banda que estaba preparando un golpe para hacerse millonarios y lo lograron.

Se detiene. Está a punto de soltar una lágrima, pero se aguanta.

Y Trump, Pompeo, Pence, antes Bolton y ahora no sé quién, todos ellos apoyando a esta banda de delineantes.

Ve hacia el arbolito de navidad y pareciera que le está pidiendo algo. Vuelve su linda cara a la mesa y dice:

-Antes, me robaron el corazón, porque yo creía en esa oposición, pero ahora lo estoy recuperando. Uno no puede ser miembro de esa sociedad de cómplices, y por ese te invité, para contarte que estaré un tiempo lejos de la política, porque me da vergüenza decir que una vez creí en esto, esta caso que no sé cómo calificarla, albañal, cloaca, letrina, no tienen sentido como palabras al lado de este gente. Tiene que existir un nuevo adjetivo para ellos, que ya vendrá, que los califique como lo que verdaderamente son, porque superaron eso de ladrones, corruptos, delincuentes, ellos están en la etapa superior del ladronismo.

Saca de su cartera una tarjeta Mi Negra, del tiempo electoral de Manuel Rosales, saca su encendedor, y le prende fuego a la  tarjeta.

 

 

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