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19.Dic.2020 / 04:51 pm / Haga un comentario

Foto: Referencial

Hasta ayer viernes dudaba acerca del tema de mi último artículo de este año, me debatía entre una especie de balance y saludo a la ANC que culminó su trabajo de más de tres años o un saludo de navidad a nuestro pueblo. Pero, estando en un acto con el ministro César Trompiz, rectores de varias universidades del país e integrantes de los CPT de diversas plantas de la Corporación Socialista del Cemento, con el presidente de dicha corporación, recibimos la noticia del fallecimiento de un grande de la política y el periodismo venezolano, un ciudadano y revolucionario ejemplar: José Vicente Rangel.

Supe de José Vicente y lo conocí personalmente a mediados de 1973, él ya era candidato presidencial por el MAS y yo un adolescente de 17 años que, aunque no tenía edad para votar en esas elecciones, ya era un activista revolucionario, en la antigua Técnica Industrial del Oeste (hoy Escuela Técnica Robinsoniana Rafael Vegas) en Catia y en el 23 de Enero, donde vivía. Fue en un encuentro del candidato José Vicente Rangel con jóvenes estudiantes, al cual concurrí con un grupo numeroso de compañeros de la técnica. Allí lo escuché por primera vez hablar del socialismo y –muy a tono con la política del MAS- y de su proyecto de un socialismo “a la venezolana”, en sintonía también con la “vía chilena al socialismo” que impulsó Allende en el gobierno de la Unidad Popular.

Volví a ver a José Vicente tres años más tarde, exactamente el 25 de julio de 1976, cuando fue asesinado Jorge Rodríguez. En ese duro momento, fue un pilar de la denuncia del gobierno asesino de Carlos Andrés Pérez y de todo el sistema bipartidista y en el acompañamiento solidario de la esposa e hijos de Jorge, de la dirección nacional y la militancia de la Liga Socialista.

Nuestro querido camarada José Vicente Rangel, siempre –antes y después de conocerlo personalmente- estuvo en la lucha por las causas justas; como parlamentario, periodista, funcionario gubernamental o simplemente como ciudadano. Recordamos su valor en la batalla por los derechos humanos en la década del 60, su valiente denuncia del asesinato de Alberto Lovera (recogida en su libro “Expediente Negro”) y de las torturas a Efraín Labana Cordero, entre otros.

Desde el 4 de febrero de 1992 se puso al lado del Comandante Chávez y estuvo con él –y después con el camarada presidente Maduro- hasta el último día de su vida; trabajando, analizando, sugiriendo. Podemos decir que esa identificación partió de muchas cosas, pero entre ellas están: la vocación de diálogo y de paz, la visión profundamente democrática y la disposición a construir una sociedad de igualdad y justicia, que caracteriza esencialmente al Comandante Hugo Chávez, al presidente Nicolás Maduro y a José Vicente Rangel.

Hermano José Vicente, tu ejemplo y tu palabra orientadora vivirán eternamente entre nosotros. Seguimos venciendo.

Caracas, 19 de diciembre de 2020

Por Eduardo Piñate R.

 

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