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Elliott Abrams, ese sicario a quien el perdedor de Donald Trump le encargó la tarea de hacer sufrir a los pueblos de Venezuela e Irán, además de genocida, ha demostrado también ser un mala paga. Y como buen maula experimentado, ante la denuncia hecha pública ante Financial Times por la exembajadora de la república narniana en Londres, Vanessa Neumann, simplemente responde en inglés con palabras que bien podrían significar en castellano algo así como: “el dueño de la casa no está, por favor, pase de nuevo el 15, o mejor el 30”.
Neumann acusó a la Oficina de Sanciones del Tesoro de Estados Unidos (Ofac) de no entregarles su mesada –desde hace meses– a quienes, en representación del imaginario gobierno de Guaidó, han sido fieles empleados de Trump. La señora de la extrema derecha “criolla” denunció en tono de urgencia que el descalabro de su jefe inmediato antes mencionado está relacionado con este atraso.
Claro, Neumann no dijo que su renuncia tiene que ver con la decisión de los tribunales ingleses que les ordenó pagar a los filibusteros del clan opositor nada más y nada menos que la bicoca de 400 mil libras esterlinas (unos 540 mil dólares) por concepto de costos procesales. Ya sabemos que la respuesta ha sido que no tienen fondos para pagar… eso. Este fenómeno presupuestario confunde al recordar la generosidad con la que uno de sus líderes recientemente apresado destinaba recursos para comprar salones de belleza, camionetas y demás artículos de primera necesidad. En todo caso no se sabe con certeza si el atraso administrativo ya comentado obedece a las sanciones que ellos mismos han propiciado.
Abrams, insiste en no tener “conocimiento de que se hubiera retenido ninguna licencia en Ofac”, pues a su juicio esta oficina es “muy cuidadosa, ya que estamos en el Departamento de Estado, así que no pasa nada de la noche a la mañana”.
Algo huele mal en Dinamarca, las ratas abandonan el barco y los prestamistas no quieren arriesgar recursos que, aunque no son suyos de origen, ya los tiene en sus bolsillos.
Señor lector, recuerde todo esto cuando vaya a votar este domingo.
Alfredo Carquez Saavedra