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11.Abr.2024 / 09:09 pm / Haga un comentario

Foto: Referencial

El golpe de Estado contra el presidente Hugo Chávez acaecido un 11 de abril de 2002 aun huele a manos estadounidenses y españolas, abrazadas con sectores de la oligarquía venezolana, partidos políticos de derecha y medios de comunicación.

El presidente Chávez ese 11 de abril, es depuesto de su cargo luego del anuncio en cadena nacional dado por el General del Ejército Lucas Rincón Romero, al manifestar que Chávez había firmado su renuncia. Sin embargo el Comandante Chávez afirmó que él nunca firmó tal renuncia y que fue secuestrado y llevado primero a Fuerte Tiuna y posteriormente a La Orchila.

Durante los hechos, alrededor de 18 personas perdieron la vida y un número de venezolanos fueron heridos de gravedad ante una balacera ocurrida en el centro de Caracas que se prolongó por espacio de cuatro horas, cuyos hechos violentos justificaban la trama golpista.

Los golpistas anteriormente habían convocado una huelga general indefinida y una marcha que se enfilaba hacia Miraflores donde estaban aparcados miles de simpatizantes al gobierno chavista.

Hasta esos momentos, todo parecía cumplir el formato de los conspiradores, donde los militares y civiles apegados al golpe exigían la salida de Chávez, aludiendo que “La Constitución venezolana obliga a evitar más derramamientos de sangre y esa obligación pasa por la salida pacífica del presidente y la sustitución de su Alto Mando Militar”. Toda una crónica anunciada y preparada como diría Gabriel García Márquez.

El Estado Mayor desapegado institucionalmente, anuncia que Chávez ha dimitido y aduce vació de poder y no contentos con esto, redactan un Acta de Gobierno de Transición Democrática y de Unidad Nacional, conocida como el “Decreto Carmona” donde constituyen un nuevo gobierno presidido casualmente por el presidente de Fedecámaras Pedro Carmona Estanga. Todo el libreto estaba escrito y llevado a escena ante la opinión pública nacional e internacional.

Dicho golpe de Estado fue un acto planificado por la ultraderecha venezolana con el apoyo de los gobiernos de los Estados Unidos y España, quienes se confabularon con la oligarquía venezolana, medios de comunicación, iglesia y empresariado, para separar del poder a la izquierda bolivariana, liderada por el comandante Hugo Chávez Frías.

Ya era sabido el profundo resentimiento y frustración de los partidos bipartidistas de Acción Democrática y Copei, luego de su aplastante derrota en 1998, ante el avasallante liderazgo del Teniente Coronel Hugo Chávez Frías, quienes luego de perder, comenzaron a conspirar abiertamente para retornar al poder.

España y los Estados Unidos reconocieron su participación en el golpe de estado contra el gobierno de Hugo Chávez, incluso su presidente José María Aznar fue interpelado un 17 de abril de 2002 sobre su participación, incluso tanto Charles Schapiro embajador norteamericano en Venezuela, como el embajador de España en Caracas, Manuel Viturro, se reunieron días antes con el presidente de Fedecámaras Pedro Carmona Estanga y luego que éste disolviera los poderes constituidos en Venezuela.

Por su parte, la Unión Europea en boca de su presidenta de esa época, emite una declaración oficial donde manifiesta tener confianza en el gobierno de transición de Carmona Estanga, luego del fatídico golpe de estado de abril de 2002.

Dos días más tarde Pueblo y Fuerza Armada en la calle exigen la presencia del Comandante Presidente Hugo Chávez Frías en Miraflores, en tan sólo 48 horas Chávez regresa al poder dejando para la historia política de Venezuela que un pueblo consciente de sus derechos no podrá ser vulnerado jamás.

Hoy el presidente Nicolás Maduro Moros heredero del legado de Chávez, ha dicho que el apoyo popular de miles de personas en la calle, le voltearon los planes a la derecha fascista cuando en varias ciudades sonaron las cacerolas y varias radios comunitarias comenzaron a decir la verdad “Chávez no ha renunciado, queremos a Chávez. El presidente Maduro dijo “Volvió la Esperanza, Volvió Chávez. El pueblo en unión cívico-militar lo rescató para conducir el destino de la Patria”.

La madrugada del 14 de abril de 2002, Carmona Estanga entendió que no podía con un pueblo leal a Chávez y decide renunciar. En el Palacio de Miraflores miles de simpatizantes y soldados leales al Comandante coreaban “Volvio, Volvio, Volvio”.

Prensa Presidencial

 

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