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Por Eduardo Piñate R.
En la Asamblea Nacional que elegiremos el próximo 6 de diciembre, vamos a tener una importante presencia de trabajadores y trabajadoras, dirigentes sindicales y de diversas organizaciones de la clase obrera, como los consejos productivos de trabajadores, de distintos sectores productivos y regiones del país. Son cuadros que se han formado al calor de la lucha, siguiendo la orientación del Comandante Supremo Hugo Chávez y de nuestro hermano de clase y Presidente Obrero, Nicolás Maduro.
La clase obrera venezolana no es la misma de hace 20 años, ni siquiera la misma de hace 10 años, cuando estaba dominada por el reivindicativismo y el economicismo reformista (aunque no ha renunciado a la defensa de sus derechos y reivindicaciones, que es otra cosa). Hoy tenemos en Venezuela una clase obrera que ha madurado en su conciencia política revolucionaria, bolivariana y socialista; que todos los días asume con mayor plenitud y compromiso, su posición de clase de vanguardia en la producción y en la construcción del socialismo bolivariano, así como en la defensa de la soberanía y la independencia llevada de una profunda conciencia patriótica. Hoy, la inmensa mayoría de los trabajadores y las trabajadoras de Venezuela tienen claro que el enemigo principal de nuestro pueblo y de la humanidad, es el imperialismo que nos agrede, nos bloquea e intenta destruirnos; y están dispuestos y dispuestas a defender la Patria y la paz con las armas en la mano de ser necesario.
Como clase, conducidos por el liderazgo del presidente Maduro, hemos creado instrumentos nuevos para seguir avanzando en la apropiación de los medios de producción y de los medios de poder: los CPT, los cuerpos de combatientes y el modelo de gestión empresarial socialista, este último fundamental en tanto traza la línea divisoria entre el modelo de gestión capitalista -verticalista y autoritario- y el modelo basado en el protagonismo de la clase, en la gestión directa y democrática de la dirección del proceso social de trabajo por la clase obrera.
Profundizar la legislación para la construcción de estos instrumentos estratégicos, para seguir fortaleciendo la organización y el protagonismo de la clase, ampliando y extendiendo sus derechos, junto a temas que surgen, derivados de las nuevas tendencias en el mundo del trabajo, como el teletrabajo o el trabajo 2.0, es tarea de la nueva Asamblea Nacional y particularmente sus diputados obreros y diputadas obreras. Seguimos venciendo.
Caracas, 21 de noviembre de 2020