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Foto: Cortesía de @AliRomeroFarias
Cuando se cumplen cinco años de la partida física del comandante Hugo Chávez, el 5 de marzo de 2013, es inevitable revisitar la memoria, que aparece como un faro para orientar a las fuerzas vivas del poder popular hacia el futuro o lo que el mismo Chávez llamó la «utopía concreta» en la líneas de El Libro Azul.
Se hablaba del fin de las ideologías y del siglo perdido cuando al comienzo de la década de 1990 la juventud militar rebelde del 4 de febrero de 1992 planteaba un constructo filosófico resultado de años de estudio, que está recogido en este documento escrito por Chávez.
Ese modelo de pensamiento liberador se gestó mientras el mundo entero se entretenía con los postulados del esquema neoliberal y la caída de la Unión Soviética, quedando casi olvidadas las derrotas que el imperialismo tuvo en Cuba, Vietnam y la Revolución Islámica.
De lo postulado en El Libro Azul, resaltan elementos no previstos por las fuerzas revolucionarias que precedieron a los rebeldes del 4F, que tampoco fueron ponderados por el pensamiento liberal-burgués expresado en la «sociedad civil» y mucho menos por el bipartidismo, caracterizado por el vacío ideológico.
Este pensamiento, en su fase germinal, surge del llamado Árbol de las tres raíces, cuya savia abreva del pensamiento de Simón Rodríguez, Simón Bolívar y Ezequiel Zamora, configurando un pensamiento original, por eso de que «La América no debe imitar servilmente, sino ser original», como lo dice Rodríguez en su texto Sociedades Americanas (1828).
Es precisamente sobre la Raíz Robinsoniana, en ese «Inventamos o erramos», donde se concentra el proyecto de crear un nuevo tipo de sociedad solidaria «para consultarse sobre los medios de satisfacer sus deseos porque no satisfacerlos es padecer», lo que consta en poner al ser humano como elemento sustancial de una sociedad que permita liberar su capacidad creadora.
«La utopía concreta robinsoniana constituye el escenario más alejado, en la perspectiva de la trayectoria estratégica de transformación. Por tal razón sus contornos, sus componentes situacionales apenas pueden ser vislumbrados, alargando la proyección más allá del horizonte», señala Chávez en su texto.
Más adelante detalla: «A medida que el proyecto avance hacia la situación-objetivo y los planes se vayan transformando en historia, la utopía concreta podrá ser definida con claridad creciente, producto de la visión de los actores y la eficacia de las acciones».
En sus páginas señala un lapso, de 20 años, previsto en el Proyecto Nacional Simón Bolívar, como situación a largo plazo en las que está implícita la «estrategia micropolítica de transformación».
La praxis abre y cierra los ciclos de cambios que apuntan hacia el modelo propuesto pasando por esas estrategias que sostienen el azimut de la transformación, como lo explicaba el comandante Chávez en su Golpe de Timón, del 10 de octubre de 2012, cuando advirtió el riesgo de reproducir al capitalismo y la necesaria democratización del modelo económico.
También en su mensaje de lealtad a la nación, el 8 de diciembre de 2012, cuando alertaba sobre aquellos que «traten de aprovechar coyunturas difíciles para, bueno, mantener ese empeño de la restauración del capitalismo, del neoliberalismo, para acabar con la Patria», ante lo cual pidió unidad férrea de las fuerzas vivas revolucionarias.
El Libro Azul se expresa como un sustrato pedagógico, de alta generalización, que orienta políticamente hacia la situación objetivo, habla de transformación, cambios, invención, originalidad, puestas a prueba hoy ante la guerra multidimiensional e inédita a la que es sometida Venezuela por factores extranjeros y cipayos nacionales.
En entrevista televisiva con el periodista chileno Marco Enrique Ominami, el presidente Nicolás Maduro hablaba de una nueva etapa de renovación para el país, en lo económico y social, como continuidad del legado del comandante Hugo Chávez.
«Renovar todo lo que tenga que ser renovado, renovar la esperanza, renovar la política, renovar los planes, ya lo he demostrado ahora con la creación del Carnet de la Patria, el sistema de bono, el sistema de Misiones y Grandes Misiones, con la creación del Petro», señaló.
La utopía concreta que señala El Libro Azul exige un praxis fecunda, de hechos concretos, en la prolongación histórica de un pensamiento propio y liberador.
AVN