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25.Nov.2020 / 11:44 am / Haga un comentario

Foto: ReferencialCu

La canción “Autos de uso” del cantor de la revolución cubana, Carlos puebla, refería:

“Cuando quitaron a Nixon hubo quien me preguntó

Qué opinión me merecía míster Ford.

Pues mire usted, pues mire Usted

A mí me parece Ford lo mismo que Chevrolet”.

Míster Ford no es zapatero, mecánico ni pintor,

No es más que otro millonario, Míster Ford”.

Así,  Carlos Puebla ya nos había adelantado lo que en verdad significan las elecciones en EEUU. Se trata de una pantomima en donde el capital y las corporaciones ponen  a la población a elegir entre dos candidatos aparentemente diferentes, pero que en esencia son lo mismo y representan siempre al gran capital.

El Sr. Biden en EEUU es ya sabido que fue el vicepresidente de Obama, el mismo que firmó la Orden Ejecutiva 13692  en la que se sentencia  a Venezuela como una “Amenaza inusual y extraordinaria” y formalizó el asedio contra nuestro país, o sea, el Sr. Biden es la misma pantomima.

En otras latitudes como en el Perú, donde el capitalismo pone y quita presidentes sucede lo mismo. El Sr. Manuel Merino sustituyó, por muy poco tiempo, a Martín Vizcarra en la Presidencia del Perú. Merino es un conocido empresario peruano. Leo en  RT: “En el ámbito empresarial, se destacó dentro de los sectores agrícola y ganadero, e incluso llegó a dirigir varias organizaciones del rubro: Fue presidente de Comercialización de la Asociación de Productores de Plátano  y representante de los Productores Agrarios de Tumbes”.  Y lo mismo ocurriría si hablamos el último, Francisco Sagasti un político al que califica de “centro derecha” vinculado a los gobierno de Alán García, académico formado en Estados Unidos y con una carrera en la burocracia multilateral.

Esto me recuerda otra vez la canción de Carlos Puebla: “…no es zapatero, mecánico ni pintor, no es más que otro millonario…” o sea, el Sr. Merino es la misma pantomima.

ESCENARIOS INSÓLITOS

Como hemos señalado, en el capitalismo latinoamericano tutelado por el  Imperialismo de EEUU,  las elecciones y los cambios de presidentes se suceden con una rimbombancia apoteósica y al final todo queda en el mismo lugar, verificando el carácter circense de dichos actos.

Esos  supuestos “cambios” en los que en realidad no cambia nada, los contendientes se dan el lujo de hacer las más inverosímiles y rocambolescas mamarrachadas sin que los organismos internacionales digan esta boca es mía. Por ejemplo, el Trump pidió a  viva voz detener el conteo de los votos y proclamarlo de una vez Presidente.

Los organismos Internacionales como la OEA, que tan pendientes están de Venezuela y de Bolivia, no dijeron ni Pío ante semejante barrabasada. La OEA que hizo el informe de fraude en Bolivia y que generó una crisis política sin precedentes, no dijo nada  ante tan insólita petición. Yo me pregunto: ¿Qué hubiera dicho el Almagro si Nicolás Maduro tuitea: “Paren el conteo de votos y proclámenme presidente”?

Los simpatizantes de Trump,  blancos supremacistas, ufanándose con armas de guerra  intimidan a los asombrados y desprevenidos transeúntes en Washington. Otra vez me pregunto: ¿Qué hubiera dicho la Misión de la ONU de los DDHH, si los  llamados “Colectivos” se apostaran en el Palacio de Miraflores o en el palacio Quemado?

Dos ejemplos para concluir que los nombrados organismos solo sirven para apoyar la pantomima de las elecciones en los países donde manda el capital.

LA CRUDA VERDAD

Como queda claro, las elecciones y los cambios de presidentes en los países donde manda el capital son una pantomima de democracia que a su vez está protegida por otra pantomima que son los Organismos Multilaterales, que como ya sabemos están tutelados por el Imperio.

Los pueblos que han alzado la frente y se levantan dignos hacia el futuro, como Venezuela y Bolivia, vamos en la dirección contraria  a ese tutelaje y solo contamos para ello con nuestra moral y nuestro ejemplo.

El próximo 6 de diciembre tendremos aquí en Venezuela la oportunidad de defender nuestra soberanía y tratar de recomponer el maltrecho equilibrio político entre los poderes públicos. Es de todos conocidos que la Derecha fascista y enloquecida acabó con la institucionalidad de la Asamblea Nacional. y ahora nos toca a nosotros recuperarla. Para eso son las elecciones del 6D, pero para lograr ese objetivo y para que no se levanten informes capciosos y malintencionados, debemos tener una victoria aplastante que no dé lugar a dudas. Recordemos que la OEA y la ONU querrán repetir sus pantomimas ruinosas  y deleznables.

COROLARIO

Nicolás Maduro, un chofer de Metrobús y connotado sindicalista; y Evo Morales, indígena y sindicalista cocalero, nos hacen pensar que  los millonarios ya no son los únicos que deciden el destino de los pueblos. En esta lucha contra el capital, los pueblos se levantan, alzan su frente y se muestran orgullosos a los ojos del mundo. El 6D es nuestro turno, y en el futuro ya no nos embobarán con la pantomima miserable entre Ford y Chevrolet.

José Garcés

 

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