Opinión / Noticias
José Vicente Rangel convirtió al Socialismo en un proyecto político masivo en nuestro país, en la respuesta alternativa al sistema político oligárquico y pro-imperialista que impuso el puntofijismo, la bandera socialista que él levantó, encarna la unión de las clases explotadas y excluidas frente a la alianza de los factores de poder, es la soberanía popular expresada como democracia protagónica.
Hay que decir que tal aporte a la Revolución fue producto de un largo debate en la izquierda venezolana, cuando entendió –a punta de derrotas- que era un imperativo dotarnos del conocimiento profundo de la realidad nacional y de las peculiaridades del desarrollo capitalista en Venezuela, e ir a las vetas más profundas de nuestra sociedad.
Hace siete años, en la presentación de un libro de Alí Rodríguez Araque, José Vicente Rangel precisó: “aquí está la izquierda que no se rajó”, significando con esa frase que una parte de la izquierda dejó de serlo y se sumó al jolgorio del neoliberalismo; mientras que otra, está plenamente identificada con la Revolución Bolivariana y el proyecto histórico del Comandante Hugo Chávez.
Unos meses antes, en la presentación de mi libro: “La potente fragua”, dijo José Vicente que con Chávez la propuesta socialista se coinvirtió en la esperanza de los pueblos del mundo, porque trascendió nuestras fronteras, y les recordó a los diplomáticos allí presentes, que nuestro país fue víctima de la primera oleada del Plan Cóndor.
En su programa, José Vicente Hoy, estuve varias veces, y sus preguntas eran una exposición conceptual sobre el momento político y una guía para la acción, así como también, su columna semanal en Últimas Noticias.
Para mí, resulta imposible soslayar el hecho de que José Vicente Rangel le salvó la vida a tres de mis hermanos, en su indeclinable labor de defensor de los Derechos Humanos, y que con él recorrí Venezuela diciéndole a nuestra gente, que el socialismo no es una utopía sino un proyecto histórico posible.
¿A quién llamaré en las horas difíciles?
Se me fue mi maestro.