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15.Nov.2015 / 10:47 am / Haga un comentario

Foto: Misión Verdad

Transcurridos tres meses y medio, una vez definidos los perfiles y compromisos políticos de los candidatos de la alianza perfecta para estas elecciones parlamentarias, se inicia el despliegue de las fuerzas chavistas que nos permiten proyectar lo que será otra gran victoria del pueblo venezolano. Una victoria que se expresará en la elección de los candidatos exponentes del modelo chavista, plasmado en el Plan de la Patria y en el legado de Chávez encarnado en la revolución bolivariana que hoy, en distintos ámbitos, interpreta y reafirma el Presidente Nicolás Maduro.

Esto no lo decimos con ánimo triunfalista, sino partiendo de la energía que día a día y de manera indescriptible vamos recogiendo, como una cosecha de frutos convertidos en genuino sentimiento del más puro amor por la patria, que a pesar de los problemas, angustias y necesidades a que viene siendo sometida dentro de la irracional e inhumana guerra económica inducida por la burguesía venezolana, definitivamente ha entendido y está absolutamente consciente que sólo en revolución podrán ser resueltos.

Es el chavismo y sus dirigentes quienes, sector por sector, casa por casa, como en estos 16 años, siempre hemos dado la cara a los desafíos históricos junto al pueblo, reconociendo errores y fallas, recibiendo la crítica reflexiva y a veces el más duro de los cuestionamientos, pero en el que casi siempre terminamos recibiendo un abrazo fraterno, manifestaciones de solidaridad y expresiones de compromiso y de que sólo unidos podremos salir adelante para defender el legado que nos ha dejado el comandante Chávez. Ese noble y sublime objetivo, sobrepasa a nuestros nombres como candidatos, y pone en primera línea a la patria por la que Chávez luchó hasta su último aliento.

Mientras a esto nos dedicamos, los otros, me refiero a los candidatos de la ultra derecha, pretenden convertir a gran parte del pueblo en seres invisibles o en simples instrumentos para alcanzar sus objetivos políticos, incapaces de relacionarse o identificarse con los sueños y esperanzas de la gente y la revolución bolivariana.

A estos emisarios del apocalipsis, nunca se les verá en el barrio, y mucho menos aun acercarse para realizar algún planteamiento, porque hasta para eso se declaran incompetentes, pues su única obsesión es salir del gobierno del Presidente Nicolás Maduro, para volver a someter al pueblo. Ese mismo pueblo que hoy reclama, batalla y discute, pero que también ha sido capaz de organizarse para construir la patria de todos y todas, y que siempre estará dispuesto a defender los logros de la revolución.

Con todas las fallas que alguien pudiera señalar, el crecimiento de los Consejos Comunales y las cientos de comunas ha sido indetenible y viene regándose como semilla fértil por toda la geografía nacional. Transitan con paso firme para que la Venezuela del futuro sea la de “un pueblo hecho gobierno”, consciente de que nadie nos va a regalar lo que por legítimo derecho nos pertenece y hemos conquistado y en lo cual nos sentimos comprometidos a construir colectivamente y sin descanso el sueño de Chávez e ir corrigiendo simultáneamente cualquiera de los errores propios de todo proceso revolucionario.

Encaramos así la recta final de esta nueva batalla electoral, la número 20, abierta, intensa, transparente y decisiva, que echa por tierra una vez más, la prédica permanente de que estamos en una dictadura. La única dictadura, como dijo el expresidente Lula, donde se han desarrollado más de veinte elecciones, “y si no hubiera, Chávez las inventaría, las convocaría”. Una contienda en la cual desde el pasado viernes todos los candidatos del Gran Polo Patriótico hemos iniciado el remate en los contactos directos con el electorado, la movilización y la agitación que nos llevará el 6 de diciembre a otra histórica victoria, que en medio de las peores adversidades producto de la guerra económica malévolamente planificada contra nuestro pueblo, y también mediática, demostraremos una vez más nuestra inquebrantable decisión de seguir siendo libres y soberanos, como dignos hijos de Bolívar y Chávez.

En nuestra anterior columna señalábamos con claridad lo que haremos “como sea” para salir victoriosos este 6D, y que ello no se trata de mecanismos tramposos o delictivos como los usara en el pasado el bipartidismo de la cuarta república. Se trata de inspirar y sacar legítimamente toda nuestra fuerza, la maquinaria humana construida en revolución para ganar en buena lid este proceso electoral y garantizar la continuidad del proceso bolivariano.

Decíamos en esa entrega, que “ellos no logran entender que el chavismo ya ha puesto lo mejor de sí mismo, para sostener “como sea” nuestra revolución. Todo se ha hecho dentro de la Constitución, dentro del derecho y dentro de la democracia. Ya lo hemos vivido, y sabemos que hacia ese horizonte avanzamos como sociedad y como legado para nuestros hijos”.

Por estas razones, “estamos obligados como pueblo patriota a desarrollar nuestra creatividad, toda nuestra fuerza, toda nuestra fe, toda nuestra organización y toda nuestra vocación al servicio de la patria y ganar “como sea” las elecciones parlamentarias. De esas luchas venimos, de eso estamos hechos y no vamos a claudicar. Somos los mismos del “por ahora” y somos hoy los del “como sea”.

Estamos obligados a seguir sin descanso visitando a nuestro pueblo, incluso a los que por cualquier razón no comparten nuestro proceso. A ellos también los visitamos, son nuestros hermanos, y la patria que hoy construimos es también para ellos. Así que sin ningún tipo de complejos hagamos esa tarea y no dejemos ningún hogar venezolano sin visitar para llevar nuestra palabra y nuestro compromiso a trabajar por todos y todas.

Si algo nos enseñó el “por ahora”, fue justamente que Chávez se consagró al pueblo, se fue por ciudades, pueblos, valles y montañas a hablar con el colectivo más remoto del país. A todos llegó Chávez y de allí la contundente victoria. Hoy en el momento del “como sea” debemos hacer lo mismo, tocarnos el corazón como pueblo que definitivamente no está en sintonía afectiva con una oligarquía despiadada, cruel y perversa. Pero que ha atacado mediáticamente, en forma sistemática y persistente a toda la población, esa que hoy podría tener dudas pero que deben ser aclaradas, discutidas y abordadas con humildad y transparencia para lograr su comprensión y apoyo para un proyecto que es de todos.

Esta ha sido una de las claves de esta hermosa campaña que cuerpo a cuerpo hemos venido haciendo y que en estos días entra en su fase definitoria, reclama de todos y todas el mayor de los esfuerzos para construir como el mejor de los artesanos una contundente victoria.

Por las Canaimitas, Amor Mayor, Madres del Barrio, Barrio Adentro, Gran Misión Vivienda Venezuela, por el chavismo, por la historia, la vida y por el deseo infinito de un pueblo a vivir en paz, decimos: El 6D gana Chávez.

Miguel Leonardo Rodríguez / Misión Verdad

 

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