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La noche del 25 de septiembre de 1828, conspiradores salieron de la casa del poeta Luis Vargas Tejada a las doce de la noche. Iban por el Libertador Simón Bolívar con la consigna de tomarlo “vivo o muerto”. El comando estaba dirigido por el coronel venezolano Pedro Carujo y lo integraban Wenceslao Zulaibar, Florentino González, Juan Miguel Acevedo, Luis Vargas Tejada, Pedro Celestino Azuero, Felipe Avila, José Ignacio López, Mariano Ospina Rodríguez, Agustín Horment y Lorenzo Ortega, Nemesio Parra. Horment y Zulaibar, quienes iban armados de puñales.
Quienes planeaban matar al Libertador forzaron la entrada del recinto y asesinaron a dos custodios, se dirigieron a la habitación donde dormía y apareció un cuerpo similar al de Bolívar, uno le descargó un sablazo que le hirió un brazo pero era el teniente Andrés Ibarra. González contuvo el ataque, pero fue Manuela Sáenz quien enfrentó a los complotados y convenció a Bolívar a saltar por la ventana hacía la calle para salvarse.
Esa fue una noche triste para Bolívar porque debajo de un puente, pudo observar quienes eran sus desleales. Horas más tarde, se presentó en la Plaza Mayor y lo hizo en medio de una manifestación pública de apoyo. Para entonces, los conspiradores habían perdido la iniciativa para convertirse en una banda de fugitivos, la mayoría de los cuales fueron arrestados en los próximos días.
Con el Mazo Dando