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31.Dic.2019 / 09:12 am / Haga un comentario

Foto: Prensa Presidencial

En su mensaje de fin de año al pueblo venezolano, el presidente Nicolás Maduro exaltó la capacidad de resistencia del soberano ante la arremetida imperialista que usó, para sus fines, a la traición enquistada en diferentes espacios.

Repasó algunos de los capítulos más tenebrosos a los que fue sometida la población, y a la respuesta dada por esta, más allá de su tendencia ideológica. “Tuvimos que movilizar los partidarios de la Revolución Bolivariana y los no partidarios del Gobierno”, refirió en este sentido.

Destacó la utilidad del diálogo al que llamó en más de 600 ocasiones, en tanto que “en efecto, el 2019 nos ha puesto a prueba a todos y a todas, al punto de producir espacios comunes, entre quienes nos reconocemos adversarios en las ideas”.

Sus consideraciones incluyeron a la criptomoneda Petro, de la que dijo ser “un gran dinamizador para la recuperación definitiva del crecimiento y progreso del 2020”, año para el que auguró sorpresas para el pueblo “pensando en el fortalecimiento de la economía y la protección de los trabajadores y las trabajadoras, pensando en la consecución de las metas futuras como base  de un modelo productivo sólido, creciente y próspero”.

A continuación, el texto íntegro de su alocución:

Queridos hermanos, queridas compatriotas, reciban un fuerte abrazo. Hoy cuando apenas faltan pocas horas para que culmine el año 2019, quiero compartir con todos ustedes unas palabras para saludar la llegada del año 2020.

Un año que nace de sí mismo, como todo lo nuevo, pero que a su vez, es el resultado de la experiencia acumulada, de nuestra capacidad para superar los obstáculos, por más difíciles que sean.

Hay que detenerse a mirar en ambas direcciones, la dirección del pasado y la dirección del futuro, hoy es más que nunca una necesidad y además una gran enseñanza.

Sin lugar a dudas el 2019 ha transcurrido como un tropel de luz y de sombras, que dejó huellas inolvidables en el camino de esta vida compartida. Repaso cada episodio y digo, 2019 nos pusiste a prueba y aquí estamos de pie, vivos, enteros y victoriosos.

Si en el mundo se preguntaban por el verdadero talante del pueblo venezolano ante las agresiones más arteras, acciones criminales contra un pueblo pacífico y al mismo tiempo capaz de un heroísmo sin límites, hoy está ante la vista del planeta entero, lo digo sin falsa modestia, que las inmensas mayorías de nuestro país, sin distingo ideológico y por encima de cualquier diferencia, aman, defienden y defenderán la tierra que los vio nacer.

Lo sucedido, recordemos, entre enero y febrero, no solo despejó cualquier duda al respecto. Con el coraje demostrado por este pueblo ante las groseras amenazas contra la República, se añadieron también nuevas páginas gloriosas al concepto de patriotismo.

Hoy, salvo mezquinas excepciones, las venezolanas y los venezolanos repudiamos cualquier forma de tutelaje o dominio extranjero. Son más de 200 años de vida republicana ganados a pulso, e importa poco si quienes atentan contra la integridad nacional son un grupo de facinerosos o es el mismísimo imperio norteamericano.

Ha visto el mundo, con más admiración que asombro, la templanza del carácter nacional de un pueblo de pie, rebelde y orgulloso de su historia. Y queda plenamente demostrado, si hay diferencia entre venezolanos y venezolanas, naturales de la lucha política interna, sólo se superarán por la vía de la participación democrática y libre del pueblo de Venezuela, porque no hay nada que no pueda resolverse entre hermanos, es decir, entre hombres y mujeres libres.

Esta ha sido una gran lección que hemos dado al mundo, en momentos verdaderamente delicados, pero sobre todo es un gran aprendizaje, para nosotros mismos. En cualquier escenario somos y seremos parciales por el país.

Recordemos que no se terminaba de desmoronar la estafa de la supuesta ayuda humanitaria, que no era más que el enmascaramiento brutal de una agresión armada contra nuestra frontera occidental, frontera con Colombia, acción que recibió una respuesta contundente de todo un pueblo conjuntamente con la Fuerza Armada Nacional Bolivariana en unión cívico-militar cuando en un acto de desesperación el enemigo del pueblo, el enemigo de la paz atacó por la espalda y saboteó el Sistema Eléctrico Nacional.

El enemigo del pueblo, atacó por la espalda y saboteó el Sistema Eléctrico Nacional, recurriendo al caos, a la violencia, a la barbarie.

Los extremistas exhibieron un grado de cobardía, de vileza, de ensañamiento, que tenían oculto. Fueron días difíciles que tuvimos que multiplicarnos, como Gobierno, como pueblo, como Fuerza Armada Nacional Bolivariana.

Me refiero, que tuvimos que movilizar los partidarios de la Revolución Bolivariana y los no partidarios del Gobierno.

Días en los que vimos mucha solidaridad, de la gente común frente a la contingencia, la calidad comunitaria, de lo que somos capaces los venezolanos y las venezolanas.

Los medios de comunicación, las grandes agencias imperiales, quisieron vender la imagen de una nación hundida en la anarquía.

¿Qué nación? ¿qué sociedad?, ¿qué cultura es capaz de mantener y reinventarse en situaciones tan extremas? de todo esto también salimos triunfantes.

La solidaridad no es una reacción de supervivencia, es todo lo contrario, es quizás el más alto nivel de humanidad, la más grande fuerza moral al que podamos aspirar para encarar la vida misma, como nación y como pueblo.

Será este espíritu cristiano, colectivista y esencia socialista, lo que haga la diferencia a favor por los que aún están por nacer en este suelo y bajo este cielo.

Fue el año 2019, donde se cayeron todos los mitos que hay contra Venezuela. Una suerte similar tuvo la incertidumbre inducida sobre la consistencia de la democracia y principalmente por la lealtad de nuestra Fuerza Armada Nacional Bolivariana, la cual ha jurado ante la Constitución y ante su legítimo autor y destinatario, el pueblo de Venezuela.

Una vez más los enemigos de la paz social, de la convivencia política, luego de fracasar con auto-juramentos espurios, auto-proclamaciones, pactos imperiales, el falso atajo de la escaramuza y la asonada terrorista, cuando el pasado 30 de abril, quedaron al desnudo, al descubierto y en la soledad de los traidores.

Un puñado de Judas, que intentando engañar al mundo, terminaron cayendo en sus propias mentiras. Amaneció y vimos que tanto el pueblo, como las armas de la república, no eran juguetes a merced de los caprichos de una élite reaccionaria de rodillas al imperialismo para dañar a Venezuela.

Amaneció y los vimos huyendo y abandonando a su suerte a los incautos. Si lo que estaba a prueba era la vocación democrática, de los soldados de la Patria y del pueblo trabajador ya los heraldos negros del golpismo deberían desandar la trocha de la violencia y aceptar que este país, en cada una de las 25 elecciones celebradas en los últimos 20 años, se decidió por la paz, por la democracia, por la estabilidad, por el futuro.

En efecto, el 2019 nos ha puesto a prueba a todos y a todas, al punto de producir espacios comunes, entre quienes nos reconocemos adversarios en las ideas.

Después de 600 llamados que hice y que he hecho al diálogo nacional, este comienza a dar sus frutos. Te consta a ti compatriota, que me escuchas y me ves.

Ante cada acción extremista, hemos sido magnánimos, como corresponde de un Gobierno digno, cuya prioridad y sentido es el bienestar de su pueblo.

En lugar de buscar la revancha, hemos invitado a la convivencia, hemos allanado el camino para un retorno a la paz política con P mayúscula.

Finalmente, hemos conseguido al adversario, no al enemigo. Se han sumado al combate esencial de la política, al debate de las ideas, que por más encontradas que puedan ser, siempre tendrán un punto de conexión.

Me refiero al bienestar económico y moral de nuestra patria, que se nos dio en herencia y que tanto nos ha costado a nuestros libertadores, bienestar del pueblo, de las instituciones, que pasan por el respeto y el amor a lo que Bolívar tildó en el 1830 como el único bien alcanzado a costa de todo lo demás y que debemos preservar nuestra independencia.

El diálogo es garantía de la estabilidad de la política que, en la lectura más fiel del espíritu bolivariano, sería, cito a Bolívar, la puerta que nos permitirá recuperar todos los bienes perdidos.

Este año lo hemos probado con saldo de abundante sabiduría, ¿qué tanto puede aguantar un gobierno sometido a un bloqueo financiero, económico y comercial?, ¿qué más puede soportar un pueblo asediado por el terrorismo psicológico y económico?, esta era la pregunta que se hacían en Lima los vende-patrias, los pitiyanquis, en Bogotá la oligarquía asesina y un grupo de gobernantes arrodillados al servicio de Washington.

La misma realidad les ha respondido: la capacidad de maniobra y reacción de un gobierno es infinita si tiene como respaldo un pueblo unido en un ideal.

La capacidad de resistencia de un pueblo es inmensa si tiene como protector a un gobierno firme en el empeño de la justicia, la inclusión y la igualdad practicada. Ese es nuestro caso y somos ejemplo a obstáculos que se creían insuperables.

Así vamos cumpliendo las Metas del Milenio. Apenas hace unos días, el 26 de diciembre pude entregar la vivienda 3 millones: récord mundial. Hemos defendido también el derecho a la educación pública, plena, de calidad.

Hemos cuidado nuestro sistema de salud, Barrio Adentro para nuestro pueblo.

Hemos visto cómo el crecimiento de la cultura ha florecido en todos los rincones de la patria como antídoto del odio.

En el  2019 podemos decir que triunfó la paz, venció la vida a pesar del bloqueo y la agresión imperialista.

Ya es una certeza  para ellos mismos que nosotros somos herederos de los libertadores. No nos para nada ni nadie.

Contra el bloqueo financiero nacieron varias respuestas, nació el Petro que fue el sueño de Hugo Chávez. La economía de Venezuela encontró en el Petro un gran dinamizador para la recuperación definitiva del crecimiento y progreso del 2020.

Iniciando el 2020, tendremos sorpresas para nuestro pueblo, pensando en el fortalecimiento de la economía y la protección de los trabajadores y las trabajadoras, pensando en la consecución de las metas futuras como base de un modelo productivo sólido, creciente y próspero.

El año 2019 fue un año denso, duro, exigente al cual ya le vamos restando los minutos. A sus anchas conocimos la calaña de los enemigos de la patria y hasta donde están dispuestos a llegar en su fallida intención de esclavizar todas las bandas terroristas de enemigos de nuestro país.

También fue un año bondadoso, un año de grandes enseñanzas para nuestro país. Todas esas experiencias, que agradezco profundamente, nos permitieron constatar la madera fina de las que están hechas nuestras mujeres y nuestros hombres de bien, la profundidad de nuestro amor patrio, lo incorruptible de nuestro coraje, la fuerza de nuestra terquedad, la altura de nuestro sueño, el poder de nuestras palabras. La fuerza inagotable de nuestra historia son los verdaderos cimientos, las raíces profundas de las que crece el árbol frondoso de la independencia y soberanía que nos legaría Simón Bolívar y nuestro Comandante Supremo Hugo Chávez, quienes rescatarían de sus manos amorosas de agricultor, soldado y constructor de patria, toda esta herencia infinita y maravillosa.

Compatriotas, le tengo que decir a esta hora, adiós y gracias al año 2019. Sí, gracias por los 365 días y noches de aprendizaje y crecimiento. Y a ese invento que entona su canción de futuro y esperanza que es el 2020, y le decimos bienvenido año 2020.

Y a esa luz que golpea ventanas en nuestras casas y está llenando de vida y color las páginas de nuestro cuaderno en blanco, hay que recibirla con profunda gratitud, porque el 2020, es un año para consolidar proyectos, un año de desafío políticos, electorales, culturales, sociales, espirituales, un año 2020, para la estabilidad en todas las dimensiones, de la vida social, política, militar, económica, espiritual de nuestra patria.

Tenemos con qué, además nos lo merecemos y así hay que declararlo desde nuestros corazones de patriotas y venezolanos auténticos.

En este año 2020 convoco a un cambio profundo de todo lo que deba ser cambiado. No sucumbamos a la timidez, ni a la cortedad de miras, es la grandeza de nuestro destino.

Te convoco a ti mujer que labras el futuro días a día, a ti hombre trabajador a que juntos cambiamos todo lo que tenga que ser cambiado, a la presencia heroica de nuestro libertadores, a la bondad de Dios  y la protección de la Chinita.

A la voluntad de nuestro noble pueblo me encomiendo a sus oraciones. Nos encomendamos para seguir avanzando, leales siempre a nuestra historia  y al futuro que construiremos juntos para toda Venezuela, nuestra patria bella, que puede ser aún más bella, que entre todos y todas levantaremos como legado luminoso para las generaciones por venir.

Junto a mi esposa Cilia, les deseamos en unión y en amor, que el 2020 sea llena de prosperidad y victoria.

Que viva el año 2020, que viva Venezuela unida, que viva la patria.

Diario VEA

 

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