Opinión / Héctor Agüero
Igual que en la letra del bolero la oposición insiste en repetir la misma historia. La del intento de golpe mediante la violencia ciega. Al igual que el 11 de abril de 2002 cuando un grupo de sediciosos anunció y grabó un mensaje para la tv con 24 horas de antelación precisando el número de muertos que ocurrirían en el centro de Caracas. Esta vez dos personajes notorios por su adequismo, un ex embajador y un chofer de CAP, hablaron de un nuevo 11 de abril, vía telefónica. Por supuesto que no son videntes ni adivinos, pero si conspiradores, dementes, que quieren emplear la fuerza y la violencia para derrocar el gobierno legítimo de Maduro.
Hace ya semanas que el terceto del mal, Ledezma, Machado y López vienen cacareando con un plan de sabotaje que denominan La Salida. Lo oficializaron en una reunión en la plaza de Chacaíto, en Caracas, y lanzaron globos de ensayo puntuales para evaluar la situación. En ese contexto están enumerados los hechos violentos de Margarita contra la delegación de béisbol de Cuba, la agresión a la sede de la gobernación del Táchira, donde emplearon carne de cañón de jóvenes entremezclados con bandas armadas. Estos desmanes fueron rechazos por la mayoría de los venezolanos.
No contentos con estos fracasos los derechistas anunciaron que harían lo mismo el día de la Juventud pero arrugaron y no tuvieron el coraje de presentarse en La Victoria porque sabían que el pueblo chavista y la juventud revolucionaria los hubiera puesto en su lugar. Como debe ser. En cambio se quedaron en Caracas y se dedicaron a empañar esa fecha histórica causando destrozos en el Metro, en las sedes del Ministerio Público, de la Magistratura, asediando a VTV, guarimbeando en el Este de Caracas y lo más grave causando la muerte de tres venezolanos, entre ellos un cuadro político revolucionario. Queda muy claro que estas acciones desestabilizadoras no tienen nada de espontáneas y sin mucho de planificación con mucha antelación.
La reacción de los medios al servicio de la subversión no se hizo esperar. De nuevo ellos no hicieron nada. Manifestaron pacíficamente con bombas molotov, piedras y armas contundentes. Como siempre lo han hecho. El riesgo en estos momentos es que la fractura de la Mud deja sueltos el atajo de loquitos y arrastra peligrosamente los partidos moderados al caos y a la anarquía. Bastaba ver las pancartas que exhibían los sifrinos de las urbanizaciones del este caraqueño donde deslindaban y denigraban de Capriles pero curiosamente las marchas eran monitoreadas por cuadros de Primero Justicia y de la inefable Voluntad Popular. Doble discurso de estos farsantes que son caimanes del mismo pozo.
Un dirigente medio de la oposición que colgó en youtube, el día 13 de febrero un video testimonial, reconoce que mientras la oposición no muestre un proyecto de país, que sea creíble, seguirá dando bandazos. Seguirá arruinando el derecho de cada uno de nosotros a ser felices, a vivir en condiciones de bienestar.
Al igual que en el bolero que cantaba Felipe Pirela la oposición insiste en que la historia debe volver a repetirse.