Opinión

10.Abr.2024 / 01:11 pm / Haga un comentario


Por: José Garcés

Deutsche Welle inició con un segmento en formato video que se llama ¿Cómo te afecta?, muy pronto un sobrino de Antonio Ledezma, prófugo de la justicia venezolana, reclama su cuarto de hora y enfila contra Venezuela y América Latina por ser, según sus palabras, el “continente más corrupto”. Durante los 26 minutos del video, en el que la arrogancia y los manerismos de la clase acomodada que recuerdan a Laura Pérez, “La sin par de Caurimare”, quedan de manifiesto, no se presenta una sola prueba de lo denunciado. Más bien, ritornelos sobre una misma idea, un discurso capcioso y apoyarse sobre sus propias palabras como un pintor que agarra de la brocha, constituyen la esencia del video. El autor del video no merece la más mínima mención, para él cabe un solo calificativo, deleznable.

Las ideas repetidas y sin originalidad son las ya conocidas de: El misterioso “Cartel de los soles” que a estas alturas se asemeja al mito de “Pie grande”, del que todos hablan pero nadie ha visto, o al mito del tan cacareado “Yate de Aristóbulo”, yate que al parecer, una vez muerto el dirigente, también murió, y es entonces cuando uno se pregunta ¿Cómo se puede morir un yate? Porque después que Aristóbulo murió, ya más nadie habló del dichoso yate.

En el video se persiste en la idea de la corrupción y la de que en Venezuela hay un “Estado mafioso”, ideas que en general se vienen propagando desde los centros de poder, desde el mimo momento en que Hugo Chávez asume la presidencia, y cuando hablamos de centros de poder, posamos la mirada en Deutsche Welle. De ésta dice Wikipedia:
“Deutsche Welle o DW es un servicio de radiodifusión internacional financiada por el presupuesto fiscal federal alemán. El servicio está disponible en 30 idiomas. El servicio de televisión por satélite de DW consta de canales en inglés, alemán, español y árabe”.
“A los servicios por onda corta en alemán se les añadieron los siguientes idiomas:

1954: inglés, francés, español, portugués.
1962: persa, turco, ruso, polaco, checo, eslovaco, húngaro, serbio-croata.
1963: suajili, hausa, indonesio, búlgaro, rumano, esloveno.
1964: griego, italiano, hindi.
1970: pashtu, dari.
1992: albanés, macedonio.
2000: ucraniano”

“La Deutsche Welle opera los siguientes servicios:

DW-TV: seis canales satelitales regionalizados de la televisión de DW, que incluyen DW (Latinoamérica).
DW-Radio: emisiones en 11 idiomas: amárico, dari, francés (África), griego, hausa, inglés (África), pastún, portugués (África), suajili, turco y urdu. Las señales se difunden por onda corta analógica, por televisión por cable, vía satélite y radio digital mundial.

DW.com: sitio web en 30 idiomas con noticias, reportajes, información sobre Alemania, así como podcasts y streaming de los programas de TV y radio de la DW.

DW – YouTube: Actualmente se transmite en vivo la señal de DW en Español en YouTube con una resolución a 1080i escalado a 1080p a 60fps (60 cuadros por segundo)”.

El sitio web es reproducido en cientos de portales alrededor del mundo y en ese sitio se puede leer: “La oferta televisiva, online y de radio de DW alcanza cada semana 320 millones de contactos de usuarios”.
De manera que no estamos hablando del periódico “La vega dice”, se trata de un gigante comunicacional con infinitas ramificaciones que tiene influencia sobre una buena parte la población occidental.

¿Cómo utiliza esta influencia DW?

Sencillamente usa una de las más despreciables tácticas de Guerra Cognitiva: Lanza una campaña de infundios que quedan gravitando en las mentes de sus “usuarios/Contactos”, independientemente de su veracidad. El objetivo no es demostrar que en Venezuela hay una mafia en el gobierno, el verdadero objetivo es sembrar en la mente de sus usuarios a través de todo el mundo occidental, la idea en occidente de que Venezuela tiene un gobierno de mafiosos y narcotraficantes.
Un veterano productor artístico me comentaba que la táctica es poner la idea en el aire, no importa si es verdad o no. La idea quedará gravitando en la mente de quien la escucha. Por ejemplo, ese productor artístico podía lanzar esta campaña de la siguiente manera: En una entrevista para un medio se puede afirmar, “Nicolás Maduro es el mejor cantante de tango de todos los tiempos. Es mejor que el mismísimo Carlos Gardel”. Algunos irán en contra de esa idea, otros irán a favor, se iniciará la confrontación y el debate, etc. Lo cierto es que quedará indisolublemente unido las ideas “Maduro” y “Tango”. Por eso la estrategia atribuida a Kissinger de “Acusa a tu enemigo de fornicar con cerdos, y después siéntate tranquilamente a ver cómo se defiende”, es la que subyace a este ataque por parte de DW.

Reflexiones
En virtud de que, efectivamente estamos ante un ataque de Guerra Cognitiva ¿Qué pasaría si se tratara a estas falsas acusaciones como verdaderos (que lo son) actos de guerra?
Es decir, ¿Se podría aplicar el principio de reciprocidad? En vista de que este principio es de amplia aceptación en las relaciones internacionales. Por ejemplo, si un país hostil, expulsa de su territorio al embajador de un país, en reciprocidad, el país agredido puede expulsar al embajador del país agresor. En la misma línea de pensamiento ¿El canal del Estado podría promocionar un video en donde se acuse (sin pruebas) al Gobierno alemán de narcotraficantes? Y cuando la comunidad internacional reaccione, se le explique que es una medida de reciprocidad en vista de que Alemania ha realizado un acto de guerra contra Venezuela usando la metodología de Guerra Cognitiva.
Supongo que las regulaciones internacionales prohíben estas elucubraciones que expongo, además de que serían éticamente cuestionables, lo que quiero significar con esto es que este suscrito piensa que ha llegado la hora de llamar las cosas por su nombre. Los ataques, por parte de las grandes potencias contra Venezuela usando la metodología de Guerra Cognitiva, se esconden en el discurso de la “Libertad de expresión”. Libertad de expresión que no respetan pero acusan a los demás de no respetarla. Por ejemplo, Alemania prohibió las transmisiones de R.T. De manera que cuando Alemania prohíbe R.T. es bueno, pero cuando Venezuela se defiende de D.W es malo. ¡El doble discurso de las potencias imperiales ya es vomitivo!
Con estas líneas introducimos la idea de que los ataques comunicacionales y los Fake News deberían ser tratados lo que realmente son, como actos de guerra.

 

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