Opinión

16.Jun.2020 / 11:41 am / Haga un comentario

Por: Giovanni Peña

La influencia de la polaridad en la humanidad es una catástrofe, si una potencia que se cree gendarme del mundo, dueña de la justicia, con la libertad de poner y quitar gobierno además de saquear naciones, no puede resolver sus problemas cotidianos y ahora en estos últimos cinco (5) meses que llegó una pandemia que desnudó, desmembró y creó reacciones catabólicas en el capitalismo y a su nación más representativa como lo son los Estados Unidos de América.

Dentro de este contexto el presidente estadounidense, Donald Trump, escéptico con el multilateralismo y la cooperación internacional, ha enmarcado su respuesta a la pandemia del coronavirus en su política de “Estados Unidos primero”, aislándose más de la escena internacional. justificando su medida en un supuesto favoritismo y connivencia de la OMS con las autoridades chinas en su respuesta al surgir el COVID-19, pero otros lo ven como un intento de desviar la atención de la grave situación existente en EE.UU. Un país que tuvo infección de la pandemia en todos sus condados, constituyéndose en el epicentro de la pandemia con 1.988.646 casos de ciudadanos infectados contaminación y 112.810 muertos.

Un país, donde la tasa de desempleo es el 14,5% (40 millones de ciudadanos desempleados aproximadamente), con aumento exponencial de las protestas contra de un Presidente que promociona la supremacía racial ha exacerbado la impronta de odio y racismo tal es el caso del afroestadounidense de 46 años, de nombre George Floyd quien muriera cuando estaba bajo custodia de la policía en Minneapolis, Minesota. Las manifestaciones, que comenzaron en Minneapolis, se han extendido a unas 140 ciudades en todo el país. Y en casi todos los estados, incluidos Alaska y Hawái, se han producido protestas. Y en muchos lugares las marchas y protestas se han tornado en enfrentamientos con la policía, quema de autos, incendios y actos violentos.
En cambio, prefiere:
Rehusarse a perseguir una estrategia de acción coordinada y opta por congelar los fondos que EE.UU. aporta a la Organización Mundial de la Salud (OMS), organismo que lidera la respuesta contra el COVID-19, una decisión muy criticada por lo inoportuna en plena pandemia global.
Continuar su estrategia contra Irán.
Afianzar su campaña electoral.
Continuar la desatención de la reserva nacional de medicamento.
Promoción de masivos recortes de fondos a las instituciones sanitarios de atención.
Las acciones antes mencionadas evidencian el odio y el deseo desenfrenado de acumulación que genera el capitalismo, teniendo en cuenta que los países amigos al imperio norteamericano presentan cifras similares en los que se refiere a desempleo, aumento de protestas, femicidios, abuso policial, xenofobia.
Un digno ejemplo de tal afirmación lo visualizamos con la directora ejecutiva de amnistía Internación de Brasil quien expone: “Las medidas adoptadas hasta ahora por las autoridades son insuficientes. Deben reconocerse las necesidades de las poblaciones más marginadas, puesto que muchas de ellas tienen mayor riesgo de sufrir los efectos negativos de la pandemia y de la respuesta a ella. Las autoridades deben establecer medidas en estrecha colaboración con estas poblaciones para garantizar que todas las personas pueden disfrutar de sus derechos sin discriminación a fin de garantizar los derechos a la vida y a la salud de las personas que viven en favelas, las mujeres y niñas, los pueblos indígenas”. La pandemia de COVID-19 ha puesto de relieve las desigualdades existentes en Brasil. Según la OMS, la República de Brasil cuenta con 772.416 casos confirmados y 39.680 decesos, cifras alarmistas que lo ubica como epicentro de Suramérica.

Y como nota curiosa el presidente de Brasil Jair Bolsonaro ha mencionado en reiteradas ocasiones que el Presidente Donald Trump es su “amigo y mi hermano”, pero el magnate estadounidense había dicho previamente que vislumbra que Brasil atraviesa un «momento muy difícil» por la gestión del coronavirus que tiene el ultraderechista Bolsonaro. «Si miras a Brasil, ellos están en una situación muy complicada y hablan mucho sobre Suecia. Suecia está pasando por un momento terrible. Si nosotros hubiéramos actuado así, hubiéramos perdido un millón, un millón y medio, quizá hasta dos millones de vidas más», aseguró el republicano, es que cuando la derecha se contradice se agudiza el antagonismo.

En Brasil la última manifestación, reunió a unas 3.000 personas, fue convocada por movimientos antifascistas pro-democracia que denuncian una deriva autoritaria del presidente Bolsonaro, un antiguo capitán en la reserva nostálgico de las dictaduras del Cono Sur y crítico con los otros dos poderes del país, el Legislativo y el Judicial. A ellos se unieron manifestantes contra el racismo, adhiriendo la cruzada internacional desatada por la muerte en Estados Unidos de George Floyd a manos de policías blancos. En Brasil el racismo es un problema enquistado. Los afrodescendientes, que representan el 55 % de sus 210 millones de habitantes, son los más vulnerables económicamente y socialmente y los que padecen más violencia policial y doméstica. Entre tanto la tasa de desempleo para abril de 2020 se aproxima al 12,5% lo que se traduce en 26 millones de brasileños desempleados.

Colombia como país limítrofe con nuestra patria, presenta según la OMS 43.682 infectados y 1.433. El descuido ante los efectos de la pandemia se visualiza de acuerdo a lo expresado por Diana Quigua, investigadora del Centro de Estudios Jurídicos y Sociales de Justicia: “Leticia (pueblo indígena de la amazona colombiana) es un territorio muy particular porque no solo limita con Brasil sino con Perú. Es evidente que los tránsitos que allí ocurren son muy fáciles de hacer, hay muy poco control de las autoridades del Estado para el tema sanitario y ese fue uno de los determinantes del contagio. Prácticamente Leticia es una misma ciudad con Tabatinga en Brasil”.

Por otro lado, la directora del Instituto Nacional de Salud, Martha Lucía Ospina explicó que toda la ciudadanía está expuesta a contraer el virus y que el Covid-19 es más difícil de contener porque la mayoría de personas no presentan síntomas. Además, desmitificó que hacer más pruebas sea garantía de encontrar más positivos. «Eso es un mito muy común. Saldrían positivos en un gran porcentaje, pero no todos arrojarían ese resultado (…) «la posibilidad de falsos negativos es enorme. En una epidemia de estas características, una persona contagia mínimo a otras 2,2. Es una epidemia incontenible y tiene una dinámica en la población inmanejable. Eso debe quedar claro».

Lo antes expuesto muestra el declive e ineficiencia de la instrumentación de políticas públicas integrales que propicien una atención de calidad, oportuna e incluyente a los ciudadanos de un país, sin embargo, bajo la mano invisible del capitalizamos priva la desigualdades, el desprecio y la segregación del sujeto para darle paso a la acumulación desmedida de la riqueza dejando de lado al ser humano como sujeto social de cambio pensante y que debe estar inmerso en la acción integral humana del estado.

La tasa de desempleo, para el año 2020 se aproxima al 16,3% lo que se traduce en 9 millones de colombianos desempleados. En relación a las protestas contra las políticas económicas y sociales del presidente Iván Duque se reactivarán con mayor intensidad en el 2020 por la negativa del gobierno a iniciar una negociación con las organizaciones sociales.

Es común leer que las líneas de trabajo de los gobiernos neoliberales ante el Covid-19 sea:
«Convirtamos los fallecidos en casos recuperados». «Apliquemos la lógica de los falsos positivos».

«Ocultemos el total de los contagios». «No contabilicemos las muertes en domicilios».
«No procesemos pruebas procedentes de los hospitales». «No hagamos pruebas diagnósticas a los ancianos fallecidos».

CAPITALISMO COMO SISTEMA QUE EXARCERBA LA XENOFOBIA Y EL REACISMO EN MEDIO DE LA PANDEMIA.

Las epidemias como el COVID 19 exacerban la xenofobia y, en un país como Estados Unidos de América donde el presidente ha calificado a los migrantes como una «infestación», el temor que estos sienten de buscar asistencia médica añade peligros para la salud pública.
La presente epide

mia del coronavirus COVID-19 «ha causado incidentes de violencia principalmente contra chinos, y aún singaporeses en el Reino Unido», dijo a Efe Alexandre White, profesor de Sociología en la Universidad John Hopkins, en Baltimore (Maryland).

El presidente Donald Trump, describió al coronavirus como «el virus de China» y alegó que la construcción de un muro a lo largo de la frontera con México, una de sus promesas electorales en 2016, ayudaría a proteger a Estados Unidos de la epidemia.

Dentro de otro contexto el profesor Alexandre White señala que también “…el patrón, desafortunadamente, se aplica a menudo como respuesta a las epidemias: racismo y xenofobia hacia quienes se percibe como propagadores de la enfermedad», agregó. Finalizando que «…los problemas de acceso al cuidado de la salud pueden alimentar los fervores xenófobos contra los inmigrantes latinos, tenemos un sistema del cuidado de la salud restringido y con capacidad para atender a quienes tienen un seguro, lo cual deja al margen a mucha gente en el país».

Algo similar han experimentado los venezolanos que se regresan a su nación por la situación desfavorable de estos migrantes en países como Colombia, donde no se les garantiza ningún sustento durante la cuarentena por la Covid-19, y por las condiciones irregulares de sistemas de Salud extranjeros, que les impiden acceder a los servicios médicos, entre otros actos discriminatorios y xenófobos durante la pandemia.

En relación al retorno de connacionales a través de la frontera, el vicepresidente de Comunicación, Cultura y Turismo, Jorge Rodríguez apuntó que han ingresado 56 mil 276 venezolanos, de los cuales 34 mil 566 regresaron por Táchira, 12 mil 700 por Apure, 5 mil 930 por Zulia, 2 mil 491 por Bolívar, 300 por La Guaira y 117 por Amazonas.

Venezuela suma 1.758 connacionales positivos por COVID-19 a raíz de su retorno de países de la región. Explicó que solo entre el 9 de mayo y el 9 de junio, 1.647 migrantes venezolanos resultaron positivos por el nuevo Coronavirus. “La amenaza que tenemos es por la irresponsabilidad de esos gobiernos (Colombia, Brasil y Ecuador), por el carácter egoísta de quienes representan esos gobiernos y por la absoluta desatención a pacientes por COVID-19”, enfatizó.
Cabe destacar que la República Bolivariana de Venezuela es el único país que está recibiendo a sus connacionales en medio de la pandemia, venezolanos que están huyendo de la xenofobia, de la campaña psicológica. Los utilizaron para sus fines y agresión a Venezuela y nadie registra el verdadero contra éxodo, regresándose a miles.

 

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