Opinión / Francisco Rangel Gómez
Por: Francisco Rangel Gómez
En reunión el día jueves 22 con los padres y representantes de los jóvenes detenidos por presuntamente colaborar con las guarimbas armadas y financiadas por la irracionalidad de la peor parte de la derecha venezolana, hicimos varias reflexiones en torno a la acción de quienes se hacen llamar políticos y lamentablemente enlodan la verdadera esencia de esta labor imprescindible, necesaria para el desarrollo social y económico en todas las sociedades.
Es lamentable escuchar el testimonio de quienes jamás fueron políticos, ni pertenecen a ninguna tendencia partidista y hoy lloran la vinculación de sus hijos e hijas a la violencia que ha destruido ciudades y servicios públicos en toda Venezuela. Indignados, confiesan desconocer la decisión que llevó a sus representados a participar en estas manifestaciones nada pacíficas, por lo que la mayoría asume que la MANIPULACIÓN llevó a la calle a quienes sentimos también como nuestros hijos, porque si algo está dicho, es que los jóvenes que hoy son carne de cañón del oposicionismo, son los hijos e hijas de todos.
Por eso tomé la decisión de escuchar, atender y colaborar en todo lo que sea necesario para proteger los derechos de quienes hoy están recibiendo una gran lección que les hará madurar y entender que un país no se construye desde la violencia, que las convocatorias de los seudo «líderes» de la ultraderecha lo único que ha traído es atraso, destrucción y muerte; todo lo contrario a lo que necesitamos para salir adelante en esta patria llena de potencialidades.
Lástima da verlos llevar sol y agua, tragar gas lacrimógeno y sortear el fuego que provocan con las bombas y morteros de fabricación casera que a varios, por cierto, ha llevado a la fatalidad; mientras quienes los mandan están detrás de las redes sociales, resguardados y aparecen solamente para la foto, con la inmoralidad que los caracteriza y la necesidad de aparentar lo que no son ni serán por irresponsables y cobardes; porque usar jóvenes y niños para cometer criminalidad es una deshonra muy grande que la historia contemporánea de este país no debe olvidar.
Mientras ellos les dan una limosna a cambio de arriesgar la vida, este Gobierno revolucionario se ha encargado de abrir institutos y universidades, de fortalecer escuelas y crear nuevas, de darles las herramientas tecnológicas como las canaimas y las tabletas, de fortalecer programas como la alimentación en las escuelas o el reciente programa Chamba Juvenil, otro buen ejemplo. Eso es creer en la juventud, eso es querer a nuestros jóvenes y darles el valor que merecen.
Esa es la gran diferencia entre el oposicionismo desmedido e instigador de nuestra juventud y un Gobierno que seguirá dedicando gran parte de sus esfuerzos en generar oportunidades para los hijos e hijas de la Patria. Seguiremos adelante por ellos y haremos todos los esfuerzos posibles por respaldar a las familias de los muchachos que aquí en Bolívar han sido capturados en hechos vandálicos, resguardaremos como Estado responsable la integridad de cada uno, y las familias deben tener el firme compromiso de aconsejar y guiar los ideales de quienes en breve, como generación de relevo, tendrán la responsabilidad de un país a cuestas.
Viviremos y venceremos
@rangelgomez