Opinión / Adán Chávez Frías

4.May.2015 / 04:28 pm / Haga un comentario

Sentir Bolivariano

Por: Adán Chávez

Apoteósica fue la concentración de las trabajadoras y los trabajadores de Venezuela, este glorioso 1° de Mayo, en el que celebramos no sólo los logros y conquistas de la clase obrera nacional e internacional, sino la derrota aplastante que le hemos propinado al imperialismo norteamericano y a la oligarquía criolla en su intento de aniquilar nuestra Revolución Bolivariana.

En apenas cinco meses, hemos desmantelado golpes de Estado, intentos de magnicidio, intenciones de una invasión militar directa; sin contar que pese a las dificultades que todavía tenemos, hemos controlado las consecuencias de la guerra económica que desde hace varios meses la oligarquía empresarial e importadora arreció para desestabilizar al gobierno tratando de dejar a la población sin alimentos y sin productos básicos. Pero no pudieron. El gran movimiento cívico-militar se mantiene atento y alerta, defendiendo la paz y la soberanía y garantizando alimentos, bienes y servicios para el pueblo.

Los escribidores y opinadores de oficio, pagados desde Miami por la contrarrevolución para orquestar la brutal guerra mediática y psicológica contra la Venezuela bolivariana y chavista, aseguraban que “Maduro de abril no pasa”. Y arrancamos mayo con una de las manifestaciones populares más grandes que hemos tenido en estos dos años de ausencia física de nuestro Comandante Eterno Hugo Chávez. El chavismo volvió a colmar calles y avenidas; la movilización se sintió en todo el territorio nacional demostrando que la gran mayoría del pueblo está con Maduro, apoya el proyecto de construcción socialista. La clase trabajadora se ha puesto al frente de la ofensiva económica para iniciar la optimización productiva que necesita la Patria. Es cierto, como nos dice el camarada presidente obrero, hijo de Chávez, que aún nos falta prepararnos más, fortalecernos más, superar vicios: el egoísmo, el individualismo, el burocratismo, la mera reivindicación, que heredamos de la vieja práctica sindical cuartorrepublicana; pero estamos avanzando a pasos agigantados; la clase trabajadora venezolana está llegando a niveles superiores de organización y conciencia de clase.

Por otra parte, el gobierno Bolivariano y Chavista, mantiene su rumbo, tal y como lo establece el Plan de la Patria, de continuar los objetivos trazados y mantener la vía hacia la construcción del socialismo con características propias.

Enfrentamos grandes amenazas, internas y externas. Desde afuera, la ambición imperial de convertirnos nuevamente en una colonia para usurpar nuestros recursos naturales y energéticos y arrebatarle al pueblo los beneficios sociales, económicos y políticos que la Revolución Bolivariana le ha entregado, como parte del empoderamiento del poder popular.

La repartición justa y equitativa de la renta petrolera, que ha permitido el establecimiento de las Misiones Sociales- Barrio Adentro, Sucre, Robinson, En Amor Mayor, Gran Misión Vivienda Venezuela, entre otras- que han traído enormes mejorías en la calidad de vida de toda la población, continúa siendo el “pecado” imperdonable de la Revolución, según la oligarquía apátrida y fascista que quiere regresar para tomar el control absoluto de las ganancias generadas por la venta de nuestro petróleo. Esa es una de las principales amenazas internas que hoy enfrentamos, porque es esa oligarquía, esa burguesía, la que pretende paralizar la producción nacional para sumirnos en un caos económico.

Otra amenaza no menos peligrosa, es la existencia de sectores minoritarios que se hacen pasar por fuerzas revolucionarias y quieren sembrar la anarquía y la división dentro de la unidad monolítica que estamos consolidando en la gestión política y de gobierno. Ante estos grupos tenemos que estar muy atentos y activar la inteligencia popular y la vigilancia revolucionaria, porque tienen la intención de capitalizar algún descontento que exista por diferencias, por fallas, por cosas que aún tenemos que mejorar y resolver, para desunirnos, para tratar de impedir otra Victoria Perfecta en las elecciones parlamentarias de este 2015. Eso sería poner en alto riesgo la permanencia de la Revolución Bolivariana en las próximas décadas; y por tanto, es tarea fundamental de los fascistas y los infiltrados.

Pero ante esos dos grandes enemigos internos, la oligarquía fascista y el reformismo, ha crecido la conciencia del pueblo todo, incluso en sectores que no comulgan con los planteamientos ideológicos de la Revolución.

Sabemos identificar al enemigo, cada día con mayor claridad. Sabemos quiénes son los grandes empresarios que buscan paralizar la economía; sabemos quiénes son los oportunistas que quieren desviar este proyecto de liberación nacional hacia otro gobierno de la socialdemocracia. El pueblo está cada día más consciente. Lo que perseguimos es la superación del rentismo capitalista para construir la Venezuela potencia con un modelo socialista. Mantener la libertad política y acelerar la transición hacia la libertad económica.

Debemos avanzar rápidamente hacia la gran Victoria Económica. Trabajadores del campo y la ciudad, trabajadores de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, todo el pueblo unido como un enorme frente popular impulsado por la clase obrera, asumimos el reto que nos impone el actual momento histórico: o le pasamos por encima a la burguesía importadora y al empresariado vendepatria y empezamos a producir y a echar a andar el corazón productivo de la nación, o seremos responsables de la paralización de la Revolución Bolivariana, seriamos responsables de permitir el freno al proyecto de verdadera libertad y soberanía para nuestro pueblo, ejemplo de lucha para otros pueblos del mundo.

Sólo la clase trabajadora venezolana tiene en esta coyuntura la fuerza y capacidad de colocarse a la vanguardia del contraataque que vamos a emprender contra los poderes económicos enemigos de la Patria. Y eso tenemos que tenerlo muy claro.

Con la conducción de nuestro presidente obrero Nicolás Maduro, y asumiendo que nos estamos jugando nuestras vidas y las vidas de las futuras generaciones de venezolanas y venezolanos. Vamos pues, trabajadoras y trabajadores, hombres y mujeres de esta Patria libre y soberana de Bolívar y Chávez, a asumir la primera línea en esta batalla económica que libramos y de la que saldremos triunfantes y fortalecidos. Desterremos también a quienes quieren confundir y dividir y apartarnos del legítimo legado de Chávez: la consolidación del Socialismo Bolivariano en el siglo XXI, como única alternativa al capitalismo salvaje, excluyente, genocida y explotador.

¡Viva la clase obrera venezolana!

¡Viva Chávez!

¡Con Maduro, hacia la Libertad Económica!

 

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