Opinión / Héctor Agüero

26.Oct.2014 / 09:11 am / Haga un comentario

La ausencia de contenidos audiovisuales, especialmente para televisión, que enfoquen temas vinculantes a la transformación que vive nuestro país y cuyos razonamientos figuran en el Plan de la Patria coloca en total indefensión el proceso político que adelantamos y dejamos la mesa servida para que las transnacionales del entretenimiento continúen arrojando profusamente las series, ficciones, documentales, programas musicales y otras ofertas diseñadas, producidas y distribuidas por la maquinaria made in Hollywood. Como en los tiempos de la IV República.

La Ley de Telecomunicaciones de 1999, impulsada por Diosdado Cabello, fue uno de los primeros instrumentos que produjo el gobierno del Presidente Chávez que sirvió para ordenar un sector estratégico como lo es el de las Telecomunicaciones. Apuntaba más hacia esa área y apenas hacía mención a la televisión. Derogaba los Reglamentos y sucesivos decretos referidos a la Radio y a la Televisión que desde 1941 los complacientes gobernantes de turno modificaban a petición de los comerciantes del ramo. Para colmar este vacío surgió la Ley de Responsabilidad Social conocida como Ley Resortes, que aún rige, y abarca más el lado ético de lo que se va a ver sin tomar en cuenta el contenido a difundir. A mi entender falta normar la televisión, un pelón que aún estamos a tiempo de subsanar. Sin producción de contenidos seguimos en la misma trilla de adecos y copeyanos que nunca se atrevieron a contradecir a los omnipresentes y prepotentes dueños de canales televisivos quienes intoxicaban diariamente al Pueblo con telenovelas y concursos que humillaban a los participantes o entrevistas donde el representante del canal se promocionaba así mismo con fines electorales

Para ello es necesario seguir el ejemplo del cine nacional, ente público mayoritario, que gracias a tener metas claras así como al empeño de cineastas y trabajadores ha logrado crear una formidable maquinaria de producción que se caracteriza por la prontitud en la aprobación de créditos al sector que posibilita realizar sus películas y distribuirlas. Cuenta la cinematografía nacional con 219 Unidades de Producción Audiovisual y Cine en todo el territorio, UPAC, tiene en su haber mil seiscientos talleres impartidos en todas las especialidades, dispone de una Escuela Nacional de Técnicos así como un Laboratorio de Cine y Audiovisual, además de una Escuela de Cine con rango universitario en Mérida, donde capacitan personal y discuten contenidos. El cine venezolano en los últimos nueve años ha logrado atraer a catorce millones de venezolanos a las salas de cine y ha recibido reconocimientos internacionales (Festival de San Sebastián y premios Goya). Cuenta con un organismo rector, el Centro Nacional Autónomo de Cinematografía, CNAC, reconocido por su gerencia de alto nivel. El secreto de los artesanos, directores y trabajadores cinematográficos radica en líneas claras, un organismo eficaz y disciplina para el funcionamiento.

El sector televisión público dista mucho de poseer estas credenciales. Sigue atado a los conceptos primarios e individuales de que cada canal público es una parcela para un grupo con intereses menores que por supuesto no trascienden y no cumplen su función ideológica. Son trece señales de televisión atomizadas. Seguiremos.

 

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