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10.Oct.2016 / 02:41 pm / Haga un comentario

Foto: Archivo

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Por: Andrés Barrios Pantoja

¿La abstención le ganó a la paz? o ¿los colombianos prefieren vivir con ese conflicto interno que ha durado más de 40 años?, estas son algunas de las interrogantes que se asoman luego de que el pasado domingo 02 de octubre ganara el “NO” en el plebiscito para refrendar el acuerdo de paz.

Colombia es una nación con cerca de 45 millones de habitantes de los cuales 34 millones 899 mil 945 son aptos para ejercer el sufragio, sin embargo durante las pasadas elecciones los votos válidos alcanzaron la cifra de 12 millones 800 mil 004, los votos no marcados fueron 86 mil 173 y los votos nulos fueron 170 mil 894, según lo informó la Registraduría de Colombia en su página web.

 “Esto indica que cerca de 22 millones de colombianos que están aptos para votar les importa poco la suerte de su patria. Los que si fueron a votar se encontraron con un estrecho margen de apenas 50 mil votos que le dio la mayoría al “NO” que representa la opción de renegociar al acuerdo, pero que en el fondo es un obstáculo para la paz”, así lo expresó Juan Carlos Tanus, activista neogranadino por los Derechos Humanos.

Para Tanus los resultados electorales obedecen a una serie de errores sumados a elementos planificados desde la derecha y la oligarquía Colombiana, pues por un lado el presidente colombiano Juan Manuel Santos quien “jugó a que el “SÍ” ganara de manera natural sin que se le introdujera el elemento motivación al que históricamente incentivan en sus campañas”.

¿Quién votó por el SÍ y quién no?

 La elección del “SÍ” al acuerdo de paz se quedó en las manos de los pueblos más pobres, ese pueblo ha sufrido en carne y sangre propia los flagelos de la guerra, sin embargo las clases dominantes, las clases alta y media alta no participó a favor del acuerdo de paz.

Al revisar los mapas electorales se observa que quienes votaron en aprobación al acuerdo de paz fueron los habitantes de la periferia del país, la región de la Guajira, Magdalena, y toda la costa atlántica, “con excepción del departamento de Antioquia donde gana el Uribismo (NO) lugar donde confluyen factores armados que históricamente se han disputado un sector del departamento que sirve como mirada de escape hasta Panamá”, explicó el defensor de los DDHH.

Según Juan Carlos Tanus este escenario en el que la paz ganó en la periferia pero no en las grandes ciudades se debe a que las urbes grandes están más v i n c u l a d a s a los medios de comunicación y allí se concentra el poder de la manipulación mediática de la industria comunica – cional concentrada por la burguesía y la derecha neogranadina.

 Paradójicamente dos departamentos fronterizos con Venezuela: El Norte de Santander y Arauca votaron por el NO, mientras que Bogotá le dijo SÍ a la paz. ¿Con ese resultado quien gana? Para Tanus no hay duda que el mayor ganador del pasado proceso refrendario ha sido el expresidente Álvaro Uribe, quien “logró meterse en la dinámica de los acuerdos, logró introducirse en las negociaciones y conversaciones entre las partes principales”.

Pero ¿qué implica que Uribe haya adquirido un papel protagónico en el proceso de pacificación? “Ahora que Uribe está dentro de la torta de las negociaciones, puede estar jugando no solo a que sea considerando el tema de la amnistía para guerrilleros, policías y militares vinculados a los falsos positivos, sino también juega a la posibilidad de reordenar el acuerdo de paz, usando la consigna de que la economía colombiana está muy golpeada y que no hay manera sostener un acuerdo político que r e a l m e n t e llegue con la conforma – ción de estructuras de orden social que determine la paz en C o l o m b i a ”, opinó Tanus.

Aunque el panorama en Colombia “no está fácil” la verdad es que en el pasado estuvo peor cuando se producían muertos a diario. “Gracias al cese bilateral del fuego ya no se producen muertos por la movilidad del conflicto, ha disminuido la población que se ha visto obligada a desplazarse, eso significa que este proceso de pacificación que ha evitado la pérdida de muchas vidas sería el mayor incentivo para trabajar en una iniciativa consensuada entre las partes”, evaluó Juan Carlos Tanus.

“Sin embargo, la duda recae en cómo se concreta la paz con alguien que históricamente ha impulsado la guerra, sus manos están llenas de sangre del pueblo, tiene delitos de lesa humanidad, y que es cuestionable en la política por estar vinculado a la parapolítica”, alertó. La paz es un beneficio ganar ganar Lo cierto es que aunque algunos factores apuesten porque la paz en Colombia no cuaje, este proceso de culminación del conflicto neogranadino representa un ganar ganar.

 “Gana las Farc porque podrá ir a las ciudades a hacer política, se le entregarán curules para que en lugar de fusiles tengan micrófonos con los cuales ejecutar la política, mientras que el Gobierno se favorece porque las transnacionales, que han forzado el acuerdo, van a tener posibilidad de llegar a zonas donde hay oro y metales preciosos el cual podrán explotar”, explicó el activista colombiano.

Resalto que lo más importante de esta coyuntura es que se deben buscar elementos novedosos para llevarle a la colombianidad a superar el tema de la abstención, pues vive una “democracia” con 63 puntos porcentuales de abstención incluso en temas tan importantes como la paz de esa nación.

 Colombia es una nación de 45 millones de habitantes en la que solo 13 millones toman las decisiones del rumbo del país.

 

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