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El juicio político solicitado por la oposición en Brasil, y aprobado en diciembre pasado por el presidente del Congreso de ese país, Eduardo Cunha, contra la Presidenta Dilma Rousseff, está viciado por retaliación y por lo tanto es ilegal, sostuvo este miércoles el abogado de la Mandataria, José Eduardo Cardozo.
Este proceso de juicio político «no se abrió por el ejercicio normal de la competencia legal y constitucional de sus excelencias. Se abrió como una retaliación, se abrió como una venganza, se abrió por venganza para hacer su propia condición efectiva para el juicio político, para la casación del mandato de la Presidente. Es una verdad inexorable», denunció el jurista ante la comisión especial Cámara de Diputados.
Mencionó que además los señalamiento contra la Jefa de Estado brasileña carecen de sustentación, pues —recordó— para abrir un proceso de juicio político la Constitución indica que debe haber un crimen de responsabilidad del presidente que atente contra la Carta Magna, y en este caso es inexistente, dijo.
«Los crímenes de responsabilidad exigen que el acto sea practicado por el Presidente de la República, que sea ejecutado directamente, que sea un acto doloso, que sea un atentado a la Constitución y una violación que pueda dañar bases del Estado. Entonces, hay un conjunto de ingredientes necesario para configurar un proceso de juicio político, fuera de eso cualquier proceso político es inconstitucional, es ilegal», subrayó Cardozo.
En ese sentido, señaló que de haber un juicio político sin seguir o cumplir con los pasos necesarios y sin que se esclarezcan los delitos tipificados contra el Presidente es considerado un golpe de Estado.
«Si no hay un atentado a la Constitución, si no hay un acto imputable al Presidente, si no hay una acción dolosa, si no se tipifica, este juicio político es un golpe de Estado. Sí, es un golpe de Estado», señaló el abogado, y alertó sobre la gravedad de esta situación.
Mencionó que actualmente sectores al margen de la Constitución buscan justificar el golpe de Estado utilizando el mecanismo de «discursos retóricos y de discursos para formular falsos jurídicos».
«Esto es algo muy grave, porque una ruptura de la Constitución daña la institucionalidad de un país y ofende el Estado democrático de derecho y un golpe, al rasgar un texto constitucional como el nuestro que costó tanta sangre, tanto dolor, tantas luchas para poderlo realizar y llevarlo a cabo es algo que la historia nunca lo perdonará», dijo.