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9.May.2020 / 09:17 am / Haga un comentario

Foto: Referencial

Aunque, en el ámbito global, expertos califican a los cuerpos de inteligencia de Norteamérica, como los mejores del mundo, cuando se trata de secuestrar a un Jefe de Estado, usan la misma metodología: amenazan de muerte a su víctima, ofrecen dinero por su captura, lo bloquean económica y políticamente para que “renuncie voluntariamente” y al final envían sus trapas de asalto.

Por ejemplo, el 29 de febrero de 2020, se cumplieron exactamente 16 años, del secuestro de Jean-Bertrand Aristide, presidente electo de Haití cuando, antes de salir el sol, fuerza militar internacional, Estados Unidos y Francia, ocupó su nación para obligarlo a dejar su país.

En esa ocasión, con la excusa de restaurar el orden y preservar la estabilidad económica y política en esa nación, usaron directamente sus fuerzas élites militares para quitar a Aristide e imponer a un presidente que obedeciera fielmente a las imposiciones imperiales.

Una vez cumplido el secuestro fue llevado a la República Centroafricana y a Jamaica, finalmente lo dejaron en Sudáfrica. Allí, responsabilizó a Estados Unidos y a países europeos, mientras que de manera inmediata, Washington rechazó esas acusaciones, y afirmó que Aristide partió por decisión propia. Sin embargo, la respuesta de la comunidad internacional dejó claro que la ocupación de Haití fue por una fuerza militar internacional.

Cabe recordar y resaltar que el 30 de septiembre de 1991, tras solo ocho meses como presidente de Haití, Jean Bertrand Aristide fue derrocado a través de un golpe de Estado, respaldado por el entonces presidente de EE.UU., George Bush, quien desde Washington aupaba la represión.

El turno de Manuel Zelaya en Honduras

Se cumplirán 11 años, en que en plena madrugada del 29 de junio de 2009 la casa presidencial en la República de Honduras, irrumpió un piquete de soldados para llevarse a la fuerza al Primer Mandatario de ese país centroamericano, Manuel Zelaya, y lo sacó a la fuerza del gobierno y del país.

Zelaya, al igual que Jean Bertrand Aristide, fue obligado a montarse en un avión y abandonar el territorio hondureño, y mientras el pueblo exigía su liberación, quienes se adueñaron del poder contaban con militares y el pleno respaldo de Estados Unidos.

El pecado de Manuel Zelaya, fue su intento de convocar a una Asamblea Nacional Constituyente para redactar una nueva constitución y derogar la de 1982, acción que para nada favorecía a los intereses estadounidenses.

Una vez secuestrado y llevado a Costa Rica, Estados Unidos y diversos países latinoamericanos, donde figuran Colombia, Perú y la propia Costa Rica, reconocieron al nuevo gobierno; mientras que la mayoría de las naciones latinoamericanos repudiaban tal decisión.

En el caso de Honduras, cabe destacar que, históricamente había sido un aliado de EEUU en la estrategia de derrocamiento del gobierno revolucionario de Nicaragua y en el esfuerzo para evitar el triunfo del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) en El Salvador. Sin embargo, con las nuevas decisiones de Zelaya, cambió su relación amistosa hasta producir su expulsión del gobierno.

Caso Venezuela

Ante lo expuesto, cabe preguntarse, qué papel está cumpliendo Estados Unidos y sus fuerzas invasoras para desestabilizar al Gobierno venezolano, porque de acuerdo con las denuncias del propio Jefe de Estado, Nicolás Maduro, Estados Unidos con ayuda de Colombia, está detrás de todas las acciones terroristas que se han registrado recientemente en el país.

En este sentido, cabe rescatar las declaraciones de uno de los soldados estadounidenses que participó en las acciones golpistas en el estado La Guiara, y que fue capturado el pasado lunes, 4 de mayo, en las costas de Chuao, estado Aragua, Luke Denman, quien confesó que una de sus misiones al llegar a Venezuela, era asegurar, en horas de la madrugada, las instalaciones del Aeropuerto Internacional de Maiquetía con el propósito de garantizar la entrada de los aviones que se llevaría al presidente de la República hacia Estados Unidos.

Por cumplir su labor, este mercenario, recibiría un pago de entre 50 mil y 100 mil dólares de manos de Jordan Goudreau, quien asumió la responsabilidad de las acciones terroristas y entregó las armas y uniformes tácticos utilizados durante la Operación Gedeón. Además este personaje ha formado parte del equipo de seguridad del presidente Donald Trump.

Para dar mayor veracidad, a su denuncia, el presidente Nicolás Maduro, mostró un material audiovisual con el testimonio del estadounidense Luke Alexander Denman, quien aseguró que se le asignó la misión de entrenar a tres grupos en Colombia, “ir con ellos hasta Venezuela, situar Caracas y asegurar un aeropuerto para seguir con el plan”.

Diario VEA

 

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