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24.May.2021 / 04:21 pm / Haga un comentario

Foto: Referencial

Jimmy López Morillo

Durante dos años y cuatro meses, hemos escuchado o leído una enorme cantidad de sandeces de aquel que por órdenes de quienes entonces gobernaban Estados Unidos,  se autoproclamó como “presidente interino” de un país imaginario, en una plaza pública de Caracas, pasándole por encima a todas nuestras leyes.

Si bien este sujeto funciona como muñeco de ventrílocuo, pues la mayoría de las veces solo repite cuanto le instruyen o escriben en guiones preparados de antemano, con seguridad una inmensa cantidad de esas estupideces son de su propia autoría, valga el público reconocimiento en este aspecto.

Algún sinoficio, con la paciencia y la piel curtida para enfrentar tales desafíos, cubriéndose con un pañuelo en la nariz, tal vez encontrará el momento para recopilar todo ese carnaval de imbecilidades y publicarlas en un libro muy probablemente más gordo que el del recordado Petete de nuestros ya lejanos tiempos infantiles.

Porque mire usted que las ha pronunciado de cualquier calibre, de tales dimensiones que en apenas este par de años y escasos meses desplazó a un verdadero vergatario en eso de cultivar idioteces, el filósofo zuliano Manuel Rosales, a quien por cierto tiene disfrutando de su tajada en Monómeros, una de las tantas empresas esquilmadas al Estado y pueblo venezolanos.

El títere imperial –bueno, en este caso el autoproclamado, precisamos,  porque todos los integrantes de esa derecha extremista entran en esa categoría de marionetas–, se ha mostrado a los ojos del mundo como un verdadero rey de la estulticia, a quien solo toleran porque así lo han ordenado desde la Casa Blanca y además, detalle muy importante, les es útil como puente para hacer muy buenos negocios a costa del dinero robado a las venezolanas y los venezolanos, a usted y a mí, pues.

Y valga hacer otra importante acotación: más allá de su incuantificable colección de ineptitudes, el tipo ha resultado un soberbio ladrón, si bien en esto tampoco se maneja por su propia cuenta, pues tiene por detrás a sus amos imperiales y a su otro jefe, el innombrable monstruo de Ramo Verde, un psicópata ahora convertido en distinguido huésped de eso a lo que llaman Reino de España. Dios los cría, y ellos se juntan.

Pero volviendo al tema: para recordarnos que él sigue revoloteando como buitre por ahí, hace unos días soltó una de esas con las cuales jura que se la está comiendo. Propuso –repique de tambores, por favor y cáiganse para atrás– un “Acuerdo de Salvación Nacional” -marcha de Globoterror, please.

De inmediato, hasta sus propios correligionarios –no podemos decir “seguidores”, ya no los tiene, solo socios en bandidajes– le cayeron encima, pues la mencionada “propuesta” surge en el momento en el cual el país avanza sin obstáculos hacia un proceso comicial en noviembre.

Esas elecciones, necesario es subrayarlo, se anunciaron después que la Asamblea Nacional legítima designara una nueva directiva del Consejo Nacional Electoral, muy bien recibida por la llamada “comunidad internacional”, la misma de la cual recibía respaldo absoluto –por órdenes imperiales, of course- y que poco a poco le ha ido sacando la banqueta.

Dadas las evidencias de que en dichos comicios van a participar en busca de sus cuotas de poder locales y regionales, incluso muchos de los integrantes de esa derecha apátrida y extremista tan nefasta para el país, especialmente en el más reciente quinquenio, no quedan dudas de que la “propuesta” del pelele imperial solo persigue su propia “salvación”, cuando las soledades lo abruman y únicamente cuenta con sus socios de fechorías.

Lentamente, este adefesio histórico ha ido encaminándose hacia los abismos que necesariamente se convertirán en su destino final, pues no tardará el momento en el cual hasta el Gobierno de Estados Unidos –su único soporte vital–, le quite el respirador artificial y lo deje a su propia suerte.

Mientras tanto, debemos dejarlo seguir haciendo lo que mejor ha hecho (además de robar impunemente, que para eso también pronto debería rendir cuentas ante la justicia): destruir a la oposición entreguista y extremista.

Ha sido tal su aporte en ese sentido, contribuyendo de esa manera a la consolidación de la Revolución Bolivariana, que en algún  meme por ahí sugirieron hacerle un “homenaje” por los favores recibidos. ¡Zape, gato! Ni tan calvo ni con dos pelucas.

 

 

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