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Decidido a acabar con la desestabilización de opositores violentos de derecha, el Gobierno de Nicaragua ha tomado el control de la ciudad de Masaya, uno de los principales focos de las movilizaciones, y ha lanzado una ofensiva, al sur de esa localidad, contra las minorias que se oponen al presidente Daniel Ortega.
“Cayó Masaya, todo está en silencio, los “chavalos” debieron abandonar las trincheras y huir, sus armas eran demasiado pesadas”, dijo a agencias internacionales una integrante del movimiento derechista de Masaya.
De manera simultánea los simpatizantes de Ortega celebraron el ataque y expresaron su agradecimiento a la Policía nicaragüense.
El ataque fue lanzado un día después de que el jefe de la llamada “Operación Limpieza” en Masaya, Ramón Avellán, afirmó que cumplirían las órdenes de Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo.
“La voz de nuestro presidente y la vicepresidenta, de ir limpiando estos “tranques” (bloqueos) a nivel nacional, y esa petición de la población de Monimbó, que es nuestro Monimbó, que sigue siendo nuestro, y nuestra Masaya, vamos a cumplirla al costo que sea”, afirmó Avellán a través de medios del Gobierno.
Ciudad CCS