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Irán concretará este lunes el cuarto ensayo clínico de su propia vacuna contra la COVID-19, anunció Hamed Hosseini, de la Universidad de Ciencias Médicas de Teherán.
Siete voluntarios recibirán el antídoto Coviran Barekat, que hasta ahora no ha mostrado efectos secundarios desde su primera aplicación el pasado 29 de diciembre.
Hosseini apuntó que tomando en cuenta el éxito de los experimentos, la dosis aumentará de tres a cinco microgramos, sostiene Prensa Latina.
El miércoles último, los laboratoristas aplicaron una segunda inoculación de la vacuna a los primeros voluntarios y al no verificarse anomalía alguna, dieron el visto bueno para que otros la recibieran.
La Sede para la Ejecución de la Orden del Imán Jomeini (EIKO, acrónimo en idioma farsi) es el organismo que desarrolló el antídoto en fase de prueba.
Los primeros tres sujetos sometidos al experimento resultaron la hija del jefe del Equipo de Investigación de coronavirus de EIKO, Tayyebeh Mokhber, y dos de los principales gerentes de la entidad, Ali Asgari y Hamid Reza Khalili.
Estados Unidos incluyó a esa organización iraní en su lista de sancionadas, pese a que su objeto social consiste en la investigación científica con fines pacíficos.
El jefe del Equipo de Investigación de Coronavirus de EIKO, Hassan Jalili, apuntó que, si todo va bien en las fases de prueba en humanos, la producción masiva de la vacuna tomará de cuatro y cinco meses.
Otro candidato vacunal que está en ensayo clínico en la república islámica, es la Soberana 02, concebida por el Instituto Finlay de Cuba, que selló un acuerdo de cooperación con el Instituto Pasteur de la nación de los persas para desarrollar en masa el antídoto.
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