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El libertador Simón Bolívar signó una importancia prominente al uso de la comunicación y el periodismo en favor de las causas del pueblo, durante las luchas independentistas que dieron la libertad a Venezuela, y también a los pueblos de Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y Panamá, hace más de 200 años.
Así lo expresa el periodista José Ignacio de la Cruz en su libro Bolívar y su concepto del periodismo, material editado por el Ministerio del Poder Popular para la Comunicación y la Información, y que retrata al Libertador en las luchas que emprendió desde 1810, cuando luego de un viaje a Londres, Inglaterra, una imprenta que utiliza como herramienta para plasmar en papel su visión integracionista, y con la que funda diarios como Correo del Orinoco, entre otras publicaciones.
«Bolívar, que conocía muy bien la historia, sabía del trascendental papel que habían jugado la imprenta y el periodismo en los grandes procesos de la reforma, la revolución inglesa, la revolución francesa, y en la independencia de los Estados Unidos», refiere de la Cruz en el texto, donde señala, además, el virtuosismo con el que Bolívar abordaba desde técnicas de guerra, hasta estrategias dentro de la prensa.
Sobre ello, de la Cruz agrega más adelante: «Con el criterio de crear un espíritu público conveniente, el Libertador se esmeraba en que los periódicos bajo su influencia no promovieran roces entre las naciones hermanas, ni inflamaran a unas con otras. Debían estar al servicio de su unidad, contra los peligros exteriores y contra los intereses de las oligarquías locales, que en todas partes atizaban odios y fricciones para rehacer los costos de sus antiguos privilegios».
Sin embargo, el Libertador actuaba con suprema severidad cuando de corroborar la eficiencia dentro de la administración pública se trataba, al hacer de la prensa un instrumento de convocatoria al pueblo para que éste estuviera al tanto de la gestión de gobierno, y que éste rectificar ante delitos como la malversación de fondos, hacia una mayor eficiencia.
«Una prensa capaz de encarar una opinión pública alerta, que fiscalice al gobierno y presione para que se erradique la malversación de fondos, sea mayor el gasto productivo que el administrativo y haya la mayor eficiencia en todos y cada uno de los servicios, y la mejor gerencia en todas y cada una de las empresas del Estado, es, en síntesis, lo que propone y demanda el pensamiento del Libertador», puntualiza el autor.
De la Cruz afirma que esta visión de Bolívar y la comunicación estuvo presente hasta el último de sus días, hasta que le sobreviniera la muerte el 17 de diciembre de 1830, en la ciudad de Santa Marta, Colombia.
«Hasta su muerte, en 1830, el Libertador se sirvió de los impresos en hojas volantes y folletos… lo cual nos da una idea bastante clara de cómo utilizó la imprenta para fines de la guerra o como medio de difusión de las ideas de libertad».
AVN