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30.Ago.2018 / 10:21 am / Haga un comentario

eeuu

La vida política nicaragüense del siglo pasado estuvo marcada por el intervencionismo estadounidense. Desde fenómenos como el filibusterismo, ocupaciones militares, tutelaje del régimen dictatorial somocista, financiamiento de grupos paramilitares –Contras– hasta la formación de “activistas por la democracia” para las elecciones de 1990.

Ese pasado reciente, de intromisión extranjera directa, parecía una modalidad de acción ilegítima y no codificada culturalmente en la actualidad. Sin embargo, tras la crisis pasada, entre abril y julio del 2018, sobrevuela preguntarse si la “Crisis de Abril” se inscribe en la sucesión de hechos históricos de intervencionismo estadounidense en Nicaragua.

Se propone a consideración dos motivos políticos que condujo a una posible interferencia estadounidense en la democracia nicaragüense contemporánea. Una pone el acento en las relaciones diplomáticas y militar establecida entre Managua y el Kremlin en los últimos años. La segunda subraya el hecho de los acercamientos recientes en materia comercial de China con Nicaragua.

Relaciones ruso-nica: una cooperación bilateral vigilada desde Washington

En el año 2017, se instala una estación de rastreo satelital en las afueras de Managua, que conforma parte del Sistema Global de Navegación por Satélite de Rusia. En el mismo año, se abre un centro de capacitación antidrogas, con la finalidad de entrenamiento policial, primeramente, a oficiales de seguridad nicaragüense, pero, posteriormente, a las demás fuerzas de seguridad de la región centroamericana.

Esa cooperación bilateral, no ha sido desatendida por el Departamento de Estado de Estados Unidos, que, en su último informe 2017, titulado: “International Narcotics Control Strategy Report.Volume I: Drug and Chemical Control”, enfatizó las relaciones cercanas entre Rusia y Nicaragua.

Asimismo, los medios de comunicación estadounidense no pasaron por alto las recientes actividades bilaterales entre Rusia y Nicaragua. “The Soviet Union fought the Cold War in Nicaragua. Now Putin´s Russia is back”, un reportaje de The Washington Post fechado el 8 de abril del 2017, sirve de ejemplo, del monitoreo mediático conservador norteamericano en torno a los lazos de cooperación ruso-nica.

Sin duda alguna, la cooperación bilateral entre Managua y el Kremlin es vigilada desde Washington, ya sea, desde sus órganos estatales u otros poderes fácticos del sistema político estadounidense.

Cooperación China: otro reto más para Estados Unidos

El ascenso de China en América Latina se refleja en Nicaragua. Los nexos comerciales entre Beijing y Managua, se orientan desde el ámbito de las telecomunicaciones hasta el ámbito de la construcción.

En 2014 entró en marcha un proyecto geoeconómico relacionado con la instalación de la empresa de telecomunicaciones de mayor peso del gigante asiático, Xinwei, en Nicaragua; con la intención de expandirse posteriormente a toda la región centroamericana. Un año antes, en el año 2013, se anunció un proceso de inversión futuro en la construcción de un canal interoceánico.

Según investigadores especializados en la región centroamericana (Aguilar 2017; Wünderich, 2014), la construcción del canal interoceánico se presenta, en el radar de la política exterior estadounidense, como un reto chino a los intereses históricos-hegemónicos de los Estados Unidos en Centroamérica y el Caribe.

A la actualidad, según datos del 2018, del Centro de Trámites de las Exportaciones (CETREX) el gigante asiático se consolida como el segundo socio comercial para el país centroamericano. A modo general, se puede señalar que la cartera de proyectos geoeconómicos en conjunto con los intercambios comerciales entre China y Nicaragua, son parte de la cadena de materialización del “Consenso de Beijing” en América Latina.

Motivos suficientes para interferir en la democracia nicaragüense

Con lo descrito anteriormente, se puede aseverar que la “Crisis de Abril” en Nicaragua, tiene un telón de fondo geopolítico específico: la disputa del eje sino-ruso a la hegemonía estadounidense en la región. Así, el reposicionamiento militar ruso y el expansionismo comercial chino serían dos motivos políticos suficientes, para que los Estados Unidos interfieran políticamente en la democracia nicaragüense contemporánea.

Vale la pena recordar, que, en la Estrategia de Seguridad Nacional de Estados Unidos, publicada en el año 2017, China y Rusia son señalados por Washington como una “amenaza” para la región. Así pues, será necesario preguntarse: ¿fue la “Crisis de Abril” nicaragüense una de las tantas estrategias para contener la influencia sino-rusa en América Latina? De responder positivamente, estaríamos confirmado que la “Crisis de Abril” se inscribe en la sucesión de hechos históricos de intervencionismo estadounidense en Nicaragua.

*Guillermo Pérez Molina, Asesor Académico e Investigador de la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI). Sociólogo y psicólogo. 

 

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