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El diplomático y comisionado de la Cancillería de la República Bolivariana de Venezuela, Roy Chaderton, calificó a la Organización de los Estados Americanos (OEA) de guarida de cipayos que buscan ocultar situaciones lamentables en otros países usando a Venezuela para hacer ruido.
Pretenden “hacer ruido para encubrir las cosas horrorosas que pasan en algunos países, como en Colombia, a partir de la deslealtad de un villano llamado Francisco de Paula Santander (militar de la independencia de Colombia) que forma parte de la genética del sector sanguinario de la oligarquía colombiana que ha costado la vida de cientos de miles de muertes y que ahora se está preparando para una guerra con Venezuela que le puede salir muy cara”, señaló el ser entrevistado en el programa Con Amorin, de VTV.
“La OEA es una suerte de guarida de estados bandidos, vasallos y cipayos, y parto de la teoría fantasiosa positiva porque a lo largo de la historia la OEA no ha hecho más que traicionar y exhibir la deslealtad por sus propios principios”, dijo.
Chaderton ejemplificó esta afirmación citando una de las normas constitutivas del organismo continental: “Ningún Estado o grupo de Estados tiene derecho de intervenir directa o indirectamente, sea cual fuere el motivo, en los asuntos internos o externos de cualquier otro. El principio anterior excluye no solamente la fuerza armada, sino también cualquier otra forma de injerencia o de tendencia tentatoria de la personalidad del Estado”.
“Pura teoría, por su puesto, porque la OEA desde los tiempos del magnicidio de Jorge Eliécer Gaitán (escritor y político colombiano), han venido ocurriendo hechos irregulares y monstruosos –hechos- apadrinados, encubiertos o promovidos por la OEA”.
Lamentó que “en la medida en que el imperio se deteriora, se multiplica el número de cipayos en un momento y espacio histórico determinado”.
El pasado miércoles 26 de abril, la ministra del Poder Popular para Relaciones Exteriores, Delcy Rodríguez, anunció la decisión de Venezuela se separarse de la OEA –un proceso que dura 24 meses- en vista de los constantes y cada vez más feroces ataques contra la democracia de la Patria de Bolívar.
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