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Hace 60 años, desde México partieron 82 expedicionarios cubanos, liderados por Fidel Castro, a bordo de la embarcación Granma rumbo a su natal Cuba para liberar a la isla antillana de la dictadura de Fulgencio Batista, aliado de Estados Unidos.
Tras exiliarse en México, luego de ser liberado de prisión tras el asalto al Cuartel Moncada, Fidel dirigió a Cuba una expedición armada para continuar la luchar por la libertad del pueblo cubano.
En México Fidel preparó militarmente a algunos hombres y encargó al mexicano Antonio del Conde a conseguir una embarcación que cumpliera con los requerimientos para asumir la travesía.
En el Granma zarparon bajo la lluvia y con las luces apagadas para evitar ser descubiertos por la marina mexicana. Abordo, la mayoría de los expedicionistas tenían muy poca experiencia marinera, por lo que muchos se marearon.
Ya alejados de las costas mexicanas y de la guardia fronteriza, encendieron las luces y cantaron el Himno Nacional de Cuba, así como la Marcha del 26 de Julio.
El 2 de diciembre del 56, en Los Cayuelos, a dos kilómetros de la playa Las Coloradas (que es donde planeaban desembarcar) encalló el Granma. Los expedicionistas se insertaron en el mangle y a medida que avanzaban debían abandonar equipamiento. Varios aviones sobrevolaron la zona pero no los visibilizaron.
El 5 de diciembre obligados por el cansancio decidieron acampar en un pequeño cayo dónde fueron sorprendidos en lo que se conoce como el Combate de Alegría de Pío.
El grupo se separó y solo quedaron 21 expedicionistas que luego formarían el Ejército Rebelde contra Batista, el resto murió en defensa de la liberación de Cuba y de la patria nueva.
AVN