Noticias / Memorias
Foto: Compilación Biblioteca Nacional
Prensa PSUV.- Sus cuerpos, sus luchas, sus reclamos y sus diezmadas vidas —inertes— estaban apiladas en la calle. Centenares de venezolanos murieron en las avenidas que se habían apropiado como los únicos espacios para reclamar derechos constitucionales y denunciar las asfixiantes medidas económicas tomadas el 27 de febrero de 1989: Día de Rebelión Popular.
Política cambiaria, fiscal, deuda externa, comercio exterior, tasa de intereses y tarifas de servicios públicos formaban parte de los campos económicos radicalmente cambiados en la estructura financiera del país, por órdenes del Fondo Monetario Internacional (FMI), que golpeó de manera atroz la vida de la República.
El estallido social no se hizo esperar y la imagen del caos se fortalecía entre el desespero popular que aupaba el poco acceso a los alimentos y al traslado. Una responsabilidad directa de la política neoliberal, instaurada en la dictadura del bipartidismo puntofijista, que conllevó a edificar el constructo visual de los sectores empobrecidos destrozando portones de supermercados, farmacias y otros comercios en los que permanecían guardados los rubros esenciales para la familia vejada, golpeada y reprimida por la IV República.
—¡SAQUEO!— se escuchó desde las entrañas de una sociedad molesta por aquello que el expresidente Carlos Andrés Pérez comulgó como un paso necesario para “fortalecer la calidad de la vida” de los venezolanos, a fin de “preservar el ingreso real de las mayorías nacionales”. ¿Cómo podía robustecer la calidad de vida el aumento cuantioso de bienes, productos y servicios esenciales para la sociedad? Fue la pregunta de los venezolanos que buscó respuesta en el reclamo y como resultado la represión se hizo insostenible, hasta el punto de suspender las garantías respaldadas en la Constitución Nacional.
Esto dio pie a la actuación de los cuerpos de seguridad. La extinta Policía Metropolitana junto a la Guardia Nacional al servicio del Gobierno de turno, bajo la intención de “restablecer el orden”, empuñaron sus armas y, en principio, lanzaron tiros al aire para dispersar. Luego fue contra centenares de civiles que resultaron víctimas de esta medida gubernamental en la que el derecho y los deberes estuvieron ausentes.
25 años después de este acontecimiento, múltiples conjeturas continúan sin respuesta. Recientemente, el vicepresidente de la República, Jorge Arreaza, contabilizó más de tres mil caídos y aseguró que han continuado los hallazgos de fosas comunes en las que los huesos de aquellos venezolanos continúan apilados, a la espera de salir a la luz y acrecentar las cifras de los ciudadanos que murieron por clamar justicia.
“Que nunca más ocurra un Caracazo; que nunca más los pueblos sean expropiados de su derecho a la vida”, dijo el Comandante Eterno, Hugo Chávez, en defensa de los venezolanos, incluso de aquellos que resultaron apilados en las calles de una Patria que hoy está despierta, fluye y batalla junto al presidente Nicolás Maduro, ante el nuevo ataque del imperialismo y sus lacayos.
Es por esta razón, que desde aquel momento histórico, Venezuela despertó para siempre, como lo dijo el Comandante Supremo, Hugo Chávez: “El Caracazo fue el fin de un sistema ahogado en la vergüenza” y el comienzo de una era Socialista y Revolucionaria, que como venezolanos seguimos manteniendo en pie de lucha.
Foto: Compilación Biblioteca Nacional
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Comentarios
verdaderamente es imponsible crerer que los QUE nos han propinanado tanto dano mucho ante del 89 se disfrasen de victima cuando en el pais lo que queremos queremos hacer patria y estoy con maduro aunque a veces hable mal viva VENEZUELA
NECESARIO ES VENCER