Opinión
Por: Pedro Estacio
Creo que es vital que todos los venezolanos y demás latinoamericanos y también los del viejo continente europeo, nos dejemos de tanta retórica engominada y aunque no tengamos en una de nuestras manos los pelos de la burra, ya sabemos que es negra, y citemos todo lo que acontece con su nombre real, esto es, con la verdad de los hechos.
Y una de las maneras de dar a conocer las cosas por su verdadero nombre y apellido la manifestó ayer el Canciller de Venezuela Jorge Arreaza, al prácticamente decirle payasos (es mi interpretación) al coro de la Organización de Estados Americanos, OEA, que se reunía en otra más de las seguidillas en la que anda empeñada para intentar desacreditar a Venezuela.
La verdad es que esas ocurrencias solo les pasa por la mente a ellos, eso de decir que pensaban retirar a Venezuela de la OEA, cuando el país donde nació el Libertador se retiró de esa presunta organización hace unos 13 meses atrás. Como el ministro de Relaciones Exteriores es todo un caballero que mide bien lo que dice, expresó las cosas con sensatez, pero la realidad en esa reunión era para salirle con una de las de Hugo Chávez, como esa de carácter mundialista que dice así:
¡ En este mismo lugar huele a azufre todavía!
Posiblemente yo hubiese dicho:
¡Aquí lo que hay es una parranda de payasos!
Pero volviendo al asunto con más seriedad, como esa de llamar a las cosas por su nombre, lo que está planteado, como escribí inicialmente, es que le digamos al pan, pan y al vino, vino, lo que equivale a decirle a EE.UU y sus seguidores, que dejen de estar mintiendo tanto, que dejen eso de dictadura cuando se refieren a nuestra revolución; que no digan que somos una amenaza para EE.UU, cuando ellos con sus armas son la propia amenaza y tienen la práctica en eso de matar personas en este planeta; que no hablen de democracia y libertad cuando le han hecho una guerra salvaje a Venezuela impidiéndole manejar sus finanzas y adquirir los alimentos, medicinas y demás repuestos que necesita y mucho menos digan que necesitamos una ayuda solidaria de alimentos y medicinas, cuando lo único que queremos es que dejen ese embuste engominado y todo ese palabrerío ficticio para intentar engañar al mundo porque nadie les cree y si quieren comprobarlo, pues revisen nuestras 24 elecciones y vean las votaciones diversas que se hacen en las Naciones Unidas, donde ya es una verdad que se repite en toda la tierra, de que nadie considera a EE.UU un país gobernado con ética, sino una nación donde lo que cuenta es lo que dicen sus corporaciones y el dinero que manejan.
Por eso, deben decir lo que hablen con nombre y apellido, que quieren apropiarse de la riqueza petrolera que Venezuela posee; que desean nuestras minas de oro; que sueñan con los quince minerales que están en nuestros suelos; que desean el control de todo el país y por ende de toda latinoamérica; que tienen más de 7 bases en suelo colombiano con la mentira de que luchan contra el narcotráfico, cuando lo que hacen es proteger lo que ello significa y de hecho han aumentado las hectáreas de las siembras de la coca y mucho más.
¡Entonces, por favor, dejen a un lado las mentiras engominadas!