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Fotos: Desde La Plaza
I
A finales de 2006 el presidente Hugo Chávez dijo públicamente: “o la directiva de la Cantv (1) le paga a sus jubilados o voy a expropiar la Cantv”…
Un año antes, el 26 de julio de 2005, un dictamen del Tribunal Supremo de Justicia reconocía como válidos, los reclamos de aumentos de los contratos colectivos a los 9.006 jubilados que no recibían aumentos desde el año 1993. La deuda ascendía a 1,5 billones de bolívares.
¿Qué ocurrió? El entonces presidente de la telefónica -y ex ministro de educación de Carlos Andrés Pérez- Gustavo Roosen se negó a saldar la deuda y la revolución bolivariana nacionalizó la empresa antes de que fuese vendida al magnate mexicano Carlos Slim.
Para ese momento había jubilados de Cantv que cobraban 20 bolívares de jubilación.
Además, Chávez ordenó pagar “toda la deuda” y homologar las pensiones de jubiladas y jubilados de Cantv.
II
Crisanto se hizo maestro normalista a mediados de los años 70′s. Para entonces era un chamo de 19 años que optó por enseñar ya que era un “taco” en matemática, física y química.
Fue asignado a una escuela en guanarito, estado Portuguesa: por allá por donde sale el Silbón. Dormía en un chinchorro dentro de la escuela (de un sólo salón) y atendía a niños y niñas de todos los grados. Dos años dio clase en esos montes y luego lo designaron a un liceo en Guanare.
Con el cambio de gobierno lo sacaron del cargo y entonces volvió al Zulia natal. Deambuló en varias puertas de empresas contratistas de Pdvsa, de esas que daban trabajos “ocasionales”. Cansado de esos vaivenes decidió hacer por su cuenta lo mejor que sabe hacer en la vida: enseñar.
Abrió una escuelita y en ella, centenares de niños pobres, hoy ingenieras, abogados, administradores, médicas, maestros, policías y hasta curas, aprendieron a leer, escribir, sumar, restar y multiplicar.
Le cayeron los años y sigue enseñando. Pero vivía del diario. En épocas de vacaciones escolares, la “escuelita de Crisanto” se quedaba sin chamba y ni soñar con utilidades o prestaciones ¿Y quién puede negar que el profe trabajó toda su vida?
Pero… “a nadie le falta Dios” y en diciembre de 2015, recibió la más feliz de las llamadas telefónicas en la que le anunciaban que era beneficiario de una pensión(para adultos mayores) por parte de la Revolución Bolivariana.
III
Hay quienes se molestan cuando se recuerdan ciertas cifras, pero la realidad de Venezuela durante el período que se conoce como cuarta república era de total incertidumbre para los que culminaban sus trabajos al alcanzar la edad para jubilarse. Es decir la gente no sabía si cobraría o cuándo cobraría las jubilaciones en Venezuela.
Recuerda una nota de prensa de la Agencia Venezolana de Noticias (AVN) (2) que “antes de 1999, el cobro de pensiones estaba reducido a 387.000 personas (en todo el país) con una asignación fija cancelada de forma irregular por los gobiernos de la IV República pero que no se ajustaba siquiera al salario mínimo”.
Fue el presidente Hugo Chávez quien decretó “que la pensión por vejez se pagara igual al salario mínimo y año tras año se ha incrementado, sin interrupción”.
Pero la cosa no llegó hasta allí: “En 2011 el líder socialista creó la Gran Misión En Amor Mayor para ampliar la inclusión de los adultos mayores que no habían cotizado ante el Instituto Venezolano de los Seguros Sociales o a quienes trabajaron durante años sin haber sido registrado, incluyendo amas de casa, campesinos, deportistas y taxistas, pescadores, etc”.
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