Opinión / Noticias

20.Jul.2015 / 02:45 pm / 1 Comentario

Foto: Archivo

Por: José Rafael Ávila

Recientemente escuché a un «dirigente sindical» vinculado al sector automotriz quien increpaba a compañeros de otro sector y les arengaba diciendo :»ese discurso de la lucha de clases hay que actualizarlo, están atrasados con eso». Me sorprendió esa afirmación, pero en lo que lo vimos públicamente clamar por dolarizar la economía, comprendimos a qué intereses representa y quiénes son sus Jefes.

Desde que el Libertador Simón Bolívar, denunció la odiosa división de clases, decretó la abolición de la esclavitud, repartió tierras a los campesinos, en un esfuerzo por acabar con el latifundio, libertó a los esclavos y denunció las pretensiones imperiales de EEUU; Venezuela ha sido un pugilato entre las clases confrontadas. Unos por dominar y subyugar a otros en nombre de los capitales que controlan y que han forjado a la sombra del Estado, disfrazados de «empresarios y comerciantes» y otros que luchan por no dejarse dominar. Eso está vigente!

Bolívar fue traicionado y su legado secuestrado y tergiversado y terminó Páez pactando con los enemigos de la Revolución Bolivariana y de la que él fue parte.

La llegada del Comandante Hugo Chávez puso de relieve y desnudó esa verdad, allí están los indicadores  de pobreza que se encontraron en el año 1999, producto de una inmensa exclusión y expoliación de las grandes mayorías explotadas, vejadas y humilladas y un minúsculo grupo enriquecido a costa de la pobreza y la miseria.

La clase trabajadora estaba signada por salarios de hambre, mientras la clase dominante de los medios de producción, comunicación, banca, seguros, empresas importadoras, comerciantes, inversionistas extranjeros (especialmente los que aparecieron con la llamada apertura petrolera) saqueaban la renta petrolera, la expatriaban, se endeudaban en el exterior y pedían que el Estado la pagara, a costa de que la entelequia de Estado que tambaleaba sobre la tabla de una falsa democracia, acudía de rodillas al FMI y empeñaba hasta las carreteras para obtener unos leoninos créditos, que todos los venezolanos de la clase trabajadora debíamos pagar. Esa era la realidad.

Quisiéramos evitar la confrontación, pero ella es inevitable, pues los intereses son irreconciliables, es una ingenuidad pensar que habrá paz laboral; cuando Fedecámaras y sus aliados claman por derogar la LOTTT, liberar los precios, levantar el control cambiario y pasar a manos «privadas» dizque para «normalizar» la economía. Siendo incapaces de reinvertir las inmensas fortunas acumuladas durante el periodo de crecimiento económico, por el contrario, buscaron la forma de expatriar en divisas sus ganancias y se presentan a pedir más divisas, es decir no creen en el país, no invierten en él  y en un acto de suicidio pretenden derrocar el gobierno de las mayorías, que preside un Obrero, el compatriota Nicolás Maduro. La clase dominante no tolera en su fuero interno que un Obrero sea el Presidente de este país y es por ello que la conspiración será permanente. Es un escenario parecido al del Comandante  Chávez en el año 2002, los altos mandos no le reconocían su autoridad, pues les atrapó el síndrome de la antigüedad y el Generalato de esa época.

Las mañas y los intereses de la clase dominante siguen siendo las mismas, allí tienen a Mendoza con su monopolio en el sector alimentos y todo el daño que esta práctica hace a la economía, en clara violación al artículo 113 de la CRBV, sino fuese por la férrea lucha de los trabajadores y el acompañamiento de nuestro gobierno de carácter obrerista y de las fuerzas patriotas que le acompañamos, hoy miles de ellos estarían en la calle. Durante meses se negó a sentarse a discutir la contratación colectiva, difamó y amenazó a la clase obrera, sólo por el hecho de reclamar sus derechos laborales.

Imaginemos por un momento cual  será la reacción de Mendoza y la de sus defensores, cuando deba disolver su monopolio, el cual mantiene a espaldas de la Constitución.

La lucha de clases que se plantea en Venezuela no es una vetusta idea, no es un capricho y no es un complejo de inferioridad, es una realidad que impuso el esclavismo y su hijo predilecto el capitalismo, que en su voracidad pretende sumirnos en la pobreza a costa de no igualar nada y continuar la dominación por vía de la explotación.

Queremos y luchamos por un mundo de iguales, el monopolio, pariente del capitalismo, no permite  su transformación, el sólo se acomoda por un tiempo y debe ser desplazado como modo de regir la economía.

La guerra económica y sus derivados  que hoy se desarrollan en Venezuela debe unir a todas las y los trabajadores de Venezuela, para construir nuestro socialismo, en beneficio de todas y todos. La revolución no ha excluido a nadie, salvo contadas excepciones que no representan el genuino sentir de la clase oprimida. En nuestro corazón no cabe el odio y el rencor, solo el sueño de ver una patria permanente próspera, en paz, con justicia, igualdad y libre de todo modo de dominación.

Es nuestra convicción y sentir hacerlo en paz, nadie va a venir a someternos en nombre de su derecho económico individual y a costa de nuestros colectivos derechos económicos.

La economía no es asunto solo de economistas, es la suma de las ideas, formas, métodos y acuerdos que civilizadamente para revertir los males, que las terribles prácticas de contrabando interno y externo, especulación, acaparamiento, extracción de divisas y la no reinversión le han causado al país.

Solo el pueblo salva al Pueblo, la clase obrera unida, el pueblo en uniforme, el gobierno revolucionario y todas y todos los que sentimos esta Patria hasta en las vísceras, saldremos adelante sin perder de vista que es una eterna lucha de clases, hasta quienes pretenden seguir dominando por la vía económica, comprendan que es la igualdad la que nos permitirá la paz y la prosperidad!

 

Comentarios

28.Jul.2015 06:15 am
monterreyaurora@gmail.com (Anzoátegui) dijo:

Buenisimo esta opinión. Me atrevo a recomendar charlas a nivel del hombre y mujer obrera basadas en esta clara y edificante opinión. Esto, motivado a que creo que ese espíritu de inferioridad y esclavitud esta aun arraigado en la Clase Obrera y por ello, muchos apoyan a la oposición del país, pues aquellos los domaron de tal manera que el Obrero termino enamorado de sus reyes y dominante del valle. Esto es una puerta abierta en la mente de la Clase Obrera que hay que combatir con Opiniones como estas, la cual los llevara a una plataforma de verdad y de toma de decisiones por su dignidad y alineada con las metas y propósitos que hoy busca lograr la Revolucion en Venezuela.

 

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