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El pasado lunes, durante una conversación telefónica sostenida entre los ministros de Relaciones Exteriores de la Federación de Rusia, Serguéi Lavrov, y la República Popular China, Wang Yi, fortalecieron lazos de amistad y confianza.
Lavrov puso de manifiesto la voluntad de Rusia de continuar trabajando con China para fortalecer la cooperación en el marco de las Naciones Unidas, los BRICS y la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS), oponerse a la hegemonía, resistir el unilateralismo, salvaguardar justicia internacional”.
China y Rusia han logrado “progresos en la colaboración estratégica y la cooperación práctica, con el comercio bilateral alcanzando nuevos récords, la cooperación energética creciendo constantemente y los intercambios entre pueblos recuperándose rápidamente”, señaló el alto diplomático chino.
Wang agregó que es necesario “seguir implementando los importantes acuerdos alcanzados por los jefes de Estado” de China y Rusia, Xi Jinping y Vladímir Putin, respectivamente.
De acuerdo con el canciller chino, Pekín y Moscú trabajan “estratégicamente y en estrecho contacto para impulsar el proceso de “multipolarización”, “democratización de las relaciones internacionales” y “defensa de sus normas básicas”.
Con el Mazo Dando