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10.Sep.2016 / 05:45 pm / Haga un comentario

Salvador Allende

Foto: Archivo

Este 11 de septiembre se cumplen 43 años del golpe de Estado perpetrado contra el presidente socialista de Chile, Salvador Allende. El asedio y el clima de desestabilización allanaron el camino para ello, pero la desinformación, la tergiversación y la manipulación fue una de las estrategias para consumar el derrocamiento de ese gobierno.

La derecha chilena contó con la complicidad de grandes corporaciones mediáticas. Los diarios El Mercurio, Tribuna y La Tercera destacaron como los más activos en el plan golpista, que sobrevino una dictadura militar encabezada por el general Augusto Pinochet, que duró 17 años y medio y la cual dejó más de 3.200 personas asesinadas, casi 1.200 desaparecidos y 34.000 personas que sufrieron torturas y fueron encarceladas injustamente.

En una entrevista concedida al Correo del Orinoco, en 2013, por el escritor y periodista chileno Ernesto Carmona explicó que las acciones del poder mediático fueron “encabezados por El Mercurio, que llegó a autocerrarse por un día para que la SIP (Sociedad Interamericana de Prensa) pudiera proclamar que Allende violaba la libertad de prensa. Su dueño, Agustín Edwards, tuvo acceso a Henry Kissinger e influyó en la decisión de Richard Nixon de ‘hacer gritar la economía’, como consta en documentos desclasificados de la época”.

Los 24.000 documentos desclasificados en 2003 por el Departamento de Estado de Estados Unidos revelaron que el entonces presidente norteamericano Richard Nixon instruyó promover un golpe de Estado, que impidiese a Allende ser investido el 4 de noviembre o que lo derrocara luego de iniciar su gobierno.

Para lograr este cometido se acordó crear una crisis económica en la nación suramericana que afectara directamente a la población, y justificara un alzamiento militar. En ese sentido, los medios se encargaron, con financiamiento de Washington, de actuar en el desarrollo de una guerra psicológica y de desprestigio para golpear la moral del pueblo chileno y del Gobierno de Allende, con el ataque a integrantes de su gabinete.

Atizaron el malestar de la población con piezas tituladas como “Chile sin pan”, “Dos días de colas para comprar carne” o “Mientras bailan con Fidel, no tenemos qué comer”.

Así, la misión que debe signar a los medios de comunicación- de defender el derecho del pueblo a ser informados, de manera oportuna y veraz- fue quebrantada por el plan golpista del cual eran cómplices los propietarios de los medios privados en Chile. Hoy ese guión pretende ser reeditado por la derecha en Venezuela contra la Revolución Bolivariana y el Gobierno del Presidente Nicolás Maduro.

AVN

 

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