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8.Jun.2017 / 03:22 pm / Haga un comentario

El pasado 2 de junio, la página web oficial del Comando Sur estadounidense, publicó un comunicado de prensa donde anunciaba ejercicios y maniobras militares a sólo metros de las aguas territoriales venezolanas, concretamente en Barbados y Trinidad y Tobago. En esencia, se trata de ejercicios bastante particulares, en tiempos en que el Gobierno venezolano denuncia planes de intervención desde Estados Unidos (EEUU).

Imperialistas

Se trata de los ejercicios militares denominados «Tradewinds 2017» (Vientos alisios 2017). Según el texto del comunicado es «una maniobra multinacional de seguridad marítima y respuesta a desastres» en el Caribe. El ejercicio desplegado en el mar Caribe constará de dos fases.

La primera en el mar territorial de Barbados del 6 al 12 de junio, y la segunda en Trinidad y Tobago (a unos 600 kilómetros de las costas venezolanas) del 13 al 17 de junio.

Según el Comando Sur, citado por la edición en español de Russia Today, en la maniobra estarán presentes «2 mil 500 participantes» provenientes de Antigua y Barbuda, Bahamas, Barbados, Belice, Dominica, República Dominicana, Granada, Guyana, Haití, Jamaica, San Cristóbal y Nieves, Suriname, San Vicente y las Granadinas y Trinidad y Tabago.

También personal militar de EEUU, Canadá, Francia, México y el Reino Unido. Con los Tradewinds 2017 se invita a «países socios» con el objeto de establecer acciones conjuntas «para contrarrestar el crimen organizado trasnacional, el terrorismo y las operaciones de socorro en casos de desastre».

En el comunicado de prensa, el almirante Kurt W. Tidd, máxima autoridad del Comando Sur de EEUU, aseguró que «el ejercicio ayuda a asegurar una alianza sin fisuras y, mediante el entrenamiento cruzado con miembros de servicio de todo el mundo, garantiza una mejor respuesta a los desastres naturales y a las amenazas terrestres y marítimas, incluido el tráfico ilícito en una región crítica».

La era de ejercicios militares gringos, cerca de Venezuela

La duda sobre un escalamiento a una fase de intervención directa contra Venezuela no es temeraria. Esta podría tener una presentación de intervención abierta o, en su defecto, una presentación mercenaria, como ha sido en metodologías empleadas en años recientes en Siria. Hay suspicacias que no están demás.

Si los ejercicios militares norteamericanos en el Caribe son la realización camuflada de ejercicios de prospección militar y de proyección hacia Venezuela desde su fachada Caribe, podríamos asumir entonces que el ensayo de intervención a Venezuela desde su fachada occidental se anunció hace poco.

A inicios del mes de mayo el ejército de Brasil anunció la ejecución de maniobras militares con EEUU en la Amazonía de la triple frontera y con la participación de Brasil, Colombia y Perú, países todos alineados en una agenda de «cerco y asfixia» diplomática contra Venezuela desde la Organización de Estados Americanos (OEA).

La Operación «América Unida», prevista para noviembre de este año, constará de diez días de simulaciones militares dirigidas desde la base multinacional, conformada por tropas de esos cuatro países y que supuestamente tendrá un carácter temporal. Albergará elementos logísticos como municiones, equipos de transporte y de comunicación, además de soldados.

El ejército de Brasil también invitó a «observadores militares de otras naciones amigas y diversos organismos y agencias del gobierno». La base militar temporal forma parte de un proyecto creado por el ejército de Brasil a partir de una actividad realizada en 2015 por la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en Hungría, en la que el país sudamericano participó como observador.

«Con esta actividad, el objetivo es desarrollar conocimientos, compartir experiencias y desarrollar confianza mutua», respondieron portavoces del ejército a BBC a inicios de mayo. Entre los objetivos de la operación, señalaron, está el aumento de la «capacidad de rápida respuesta multinacional, sobre todo en los campos de logística humanitaria y de apoyo en la lucha contra los delitos transnacionales».

«Uno de los objetivos es ejercer un mayor control en la región y crear una doctrina para combatir la delincuencia transfronteriza, que afecta a la región en la famosa guerra fronteriza que está alimentando la guerra urbana existente en nuestras grandes ciudades», ha dicho el general de la Fuerza Armada Brasileña Theofilo de Oliveira, vocero del anuncio brasilero. Sin embargo, fuentes del ejército brasileño dijeron a BBC Brasil que el propósito de la actividad es prepararse para «situaciones de carácter humanitario», según comenta El Comercio de Perú.

Otra cuestión curiosa y de fecha reciente, también a inicios de mayo, es el encuentro que tuvo Julio Borges, cara visible del golpismo venezolano y presidente del parlamento, quien se presentó en Washington con un peligroso general gringo.

La reunión formó parte de una visita del dirigente de Primero Justicia, quien coordinó verse con las caras más notables del establishment estadounidense antichavista, los senadores Marco Rubio, Ben Cardin, John McCain y compañía, quienes trabajan en simultáneo en favor de una próxima tanda de sanciones contra Venezuela.

Borges se reunió con H.R. McMaster, quien es el Consejero de Seguridad Nacional de Trump, la figura más influyente para el presidente norteamericano con relación a temas militares y geopolíticos.

Precisamente, McMaster tiene conocimiento de causa sobre cómo se fabrica una guerra para ser aceptada por la población civil estadounidense y por la llamada comunidad internacional. Su libro Dereliction of Duty(podría traducirse como Negligencia del deber) publicado en 1997 es un análisis sobre cómo el gobierno gringo mintió a su pueblo y a los países aliados de EEUU para entrar en la guerra contra Vietnam en los años 60 del siglo pasado, y las posteriores consecuencias del fracaso norteamericano en esa guerra en particular.

Por supuesto, abogó por un mayor número de tropas y una beligerancia mayor a la implantada por el ejército gringo.

McMaster se erige entonces como un conocedor de tácticas y estrategias para fabricar una guerra, y por ello fue empujado a liderar el Consejo de Seguridad Nacional actual. La reunión con Julio Borges no estuvo signada por la inocencia.

El ámbito interno venezolano
Venezuela es asediada desde adentro en estos momentos por una escalada violenta liderada por alas abiertamente antipolíticas y no dialogantes de la MUD. Se trata de una situación de más de dos meses a la fecha y que ha dejado un saldo fatal de casi 70 personas asesinadas en diversos hechos.

Esta arremetida violenta es, en esencia, una situación pre-bélica, donde la acción de los factores en el terreno luce bajo el camuflaje de protestas y manifestaciones contra el Gobierno venezolano, pero que en los hechos tiene una presentación paramilitarizada y en etapa germinal.

Valdría la pena en estas instancias unir los puntos y entretejer las direcciones que toman las acciones contra la dirigencia de la Revolución Bolivariana dentro y fuera de Venezuela. En ese sentido, los ejercicios militares del Comando Sur en el Caribe no dejan de levantar suspicacias, entendiendo que todos los componentes de una Guerra No Convencional se encuentran planteados en Venezuela y que las probabilidades de una migración a escenarios armados del conflicto interno venezolano no deben desestimarse.

Si no se efectúa un contexto de intervención militar abierta contra Venezuela, debemos hacernos las siguientes preguntas: ¿Las maniobras de contención de desastres que realiza el Comando Sur prevén el escenario de un desastre en tierras venezolanas y con proyección al Caribe, Colombia y Brasil? ¿Se prepara EEUU a situaciones bélicas en Venezuela con consecuente migración masiva al Caribe, Colombia y Brasil? ¿Desea EEUU consolidar un «cortafuegos» en caso de una situación bélica en Venezuela?

Necesario es entender el sentido de amplitud con que se manejan, desde el planteamiento estratégico y militar norteamericano, los términos «amenazas», «desastres», «labor humanitaria» y «seguridad marítima», asumiendo que los factores de amenaza no yacen exclusivamente al día de hoy en situaciones tradicionales como el tráfico de drogas en el Caribe o las guerrillas.

Las circunstancias de crisis económica, enfrentamiento político y ahora de violencia desatada, inducidas en Venezuela, han sido planteadas por el gobierno de EEUU de manera abierta como situaciones-conflicto que «comprometen la estabilidad regional».

Los eventos que tendrán lugar en el Caribe y en la triple frontera amazónica deben ser analizados rigurosamente y sin que sean desestimados ninguno de sus bemoles.

Misión Verdad

 

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