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18.Jul.2019 / 03:50 pm / Haga un comentario

Foto: Con el Mazo Dando

El joven politólogo y jefe de redacción del portal web Misión Verdad, William Serafino, relata cronológicamente las consecuencias e impacto de las sanciones y medidas coercitivas unilaterales impuestas por el gobierno de los Estados Unidos(EEUU) contra Venezuela, evidenciando la construcción de una tormenta perfecta mediante mecanismos de guerra económica y financiera contra la economía, que comenzaron a afectar al país de forma sistemática y en aumento, desde el año 2014.

De acuerdo con el artículo publicado en el referido portal web, antes de los últimos intentos de la oposición venezolana –auspiciados por el imperio gringo- para derrocar el Gobierno constitucional del presidente Nicolás Maduro, con el autoproclamado Juan Guaidó como títere principal, era común referirse a las medidas norteamericanas como un acto que sólo afectaba a los funcionarios del Gobierno, tratamiento político y mediático que se mantuvo durante los años 2016, 2017 y 2018, pero se vio obligado a mutar desde enero de 2019, cuando la administración de Donald Trumpdecidió embargar ilegalmente los activos de Petróleos de Venezuela (Pdvsa), incluyendo su filial Citgo.

Con esta acción de abierta guerra económica, se generaría una pérdida para Venezuela de, al menos, 18 mil millones de dólares tras el secuestro de los activos petroleros, y una disminución de casi medio millón de barriles en ingresos, debido a la prohibición de exportar crudo hacia el mercado estadounidense, lo que dejaría al descubierto que a la oposición venezolana y al imperio no les importa el daño que puedan causar en la población, su único fin es llegar al poder para satisfacer sus propias necesidades y no las colectivas.

Lo cierto es que el bloqueo económico contra Venezuela, en términos institucionales, comenzó en diciembre de 2014 con la promulgación de la Ley de defensa de derechos humanos y sociedad civil, que en 2015 se convertiría en la famosa Orden Ejecutiva del presidente Barack Obama, cerrando las puertas al país suramericano para acceder al sistema financiero internacional.

El denominado Decreto Obama comenzaría a mostrar resultados en 2015 y 2016, cuando las presiones del Departamento del Tesoro, legalizadas por los instrumentos jurídicos antes comentados, provocan que Citibank, Commerzbank y otros bancos que Venezuela utilizaba como intermediarios para la compra de alimentos, medicinas y pago de deuda, cerraran las cuentas, unilateralmente, de instituciones como Banco Central de Venezuela, Pdvsa y el Banco de Venezuela, reseña el artículo de Misión Verdad.

En 2017, esta política sistemática de bloqueo se legaliza con la Orden Ejecutiva 13808 del 24 de agosto de 2017. Allí, expresamente, se impide a Pdvsa recibir financiamiento del mercado estadounidense. A Citgo, en particular, se le prohibía a partir de ese momento repatriar sus ganancias a Caracas.

Otras consecuencias de esta Orden Ejecutiva comienzan a visualizarse en 2018, mediante la aplicación de un embargo petrolero no declarado contra Pdvsa y Citgo, generando obstáculos a la venta de su producción en el mercado estadounidense y a la capacidad de la filial estadounidense de contar con cartas de crédito para financiarse.

2018, igualmente, será un año de otras Órdenes Ejecutivas complementarias que buscaban ir cerrando la mayoría de las fuentes de generación de riqueza e ingreso de la economía de Venezuela.Se prohíbe al Estado vender o negociar colaterales de deuda utilizando Citgo, se prohíbe también la venta de oro y las transacciones con la criptomoneda Petro.

Visto así, es falso que las medidas de bloqueo económico se iniciaron en 2019. Y es así, precisamente, porque en los años anteriores factores económicos internacionales (la caída de los precios del petróleo) y las presiones directas (manipulación de las calificadoras de riesgo, cierre de cuentas, bloqueo a Pdvsa y Citgo), fueron lesionando la economía venezolana y generando las condiciones de la crisis actual, agravada sensiblemente por las sanciones del ciclo 2017-2019.

Este proceso alcanza su punto clímax en 2019 con la confiscación y robo de activos petroleros por casi 20 mil millones de dólares, aparte del secuestro de colaterales en oro y dinero fresco en la banca privada internacional por el orden de los 5 mil millones de dólares. Además, es vital agregar la exclusión por la vía de los hechos del sistema de pagos internacionales, que genera terribles obstáculos para la importación de alimentos y medicinas.

Vivir en el autoengaño, ya en este punto, no es una opción. Y pensar que el modelo fracasó porque sí, obviando esta estrategia de acoso integral contra el país, tampoco.

Misión Verdad

 

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