Opinión
Foto: @albaciudad
Por: Stella Lugo
Dediqué la columna de la semana pasada a un hecho histórico de múltiples significados, al ser pensado desde el presente complejo, preñado de dificultades y retos para el devenir de la Patria: el papel jugado por una mujer en la gesta independentista, la incorporación de la Provincia de Coro a esta causa y la decisiva participación de esta patriota, Josefa Camejo, en ella.
Hoy quiero enfocarla, en la misma línea de análisis, a otros dos momentos de nuestra historia unidos también a la rebeldía de las y los falconianos, a nuestra decisión de lucha y a nuestra tradicional inclinación por las causas justas, a saber: el 10 de mayo de 1795 (hace 221 años), inicio de la rebelión del zambo José Leonardo Chirino en la Sierra de Coro; y el 13 de mayo de 1946, en la misma Sierra, nacimiento de uno de los campesinos que destacaría en las luchas insurreccionales en contra de la, ya olvidada, represión ejercida contra nuestro pueblo por el gobierno adeco de Rómulo Betancourt; me refiero al natalicio de Helegido Sibada, quien entró a la historia con el nombre de Comandante Magoya. Ellos están cruzados por las mismas causas y la misma rebeldía que ha anidado en el ser falconiano.Fueron las condiciones de trabajo y todas las opresiones que traducía el régimen colonial lo que traería aparejada la rebelión de la esclavitud que laboraba en el trapiche de la hacienda La Macanilla, en Curimagua, Sierra de Falcón.
Si nuestros afrodescendientes corianos estaban influenciados o no por los jacobinos, que poco tiempo atrás habían proclamado la independencia en Haití, es tema a ser profundizado por la historiografía; pero, de lo que sí no cabe duda es que en aquel alzamiento se expresaba, como canta Alí, el “…sudor de negro y cacao, cuando batía el melao para echar al español que después se volvió gringo y aquí lo tenemos hoy…”, en general, el rechazo a la salvaje opresión del colonialismo. Nuestros ancestros serranos se adelantarían en cinco lustros a los más decididos patriotas que proclamaron la Independencia en 1810.
La Sierra fue también escenario de duros combates en la Venezuela contemporánea, cuando gobiernos sumisos a los designios de grandes compañías petroleras extranjeras burlaron los anhelos democráticos y populares expresados el 23 de enero de 1958. Fue así que, en respuesta a medidas anti populares y represivas del, para entonces, presidente Betancourt y de su Ministro del Interior, Carlos Andrés Pérez (padre político de Ramos Allup), miles de jóvenes se vieron en la necesidad de asumir la lucha armada revolucionaria, siendo La Sierra Falconiana un teatro privilegiado para el combate. Ahí alcanzó a jugar un papel protagónico un mulato que, como José Leonardo, batió melao en otro trapiche; me refiero a Helegido Sibada, el joven campesino que luego de alfabetizarse en la guerrilla, concluyó siendo el Comandante del Frente José Leonardo Chirino y a quien rediremos homenaje en ocasión de los 70 años de su nacimiento, este 13 y 14 de mayo en su lugar de origen: Pueblo Nuevo de la Sierra.
El pretendido escarmiento que los opresores quisieron dar, a través de la forma brutal con que sofocaron la rebelión y posterior asesinato de los patriotas rebeldes de 1795, o la cruel represión sufrida por el campesinado falconiano durante las décadas de los 60 y 70, no lograron efecto alguno: la Sierra ha seguido por siglos siendo ejemplo de lucha en este país, su espíritu de combate no ha declinado, su capacidad de distinguir dónde están los enemigos del pueblo sigue intacta y, por consiguiente, cuáles posiciones reflejan sus principios y valores; por eso La Sierra de Falcón es y seguirá siendo territorio revolucionario.
¡El grito rebelde de José Leonardo y Magoya retumba en La Sierra!